Milenio Tamaulipas

Unidad y división de Morena

- HÉCTOR AGUILAR CAMÍN hector.aguilarcam­in@milenio.com

Morena tiene un líder absoluto y es un fenómeno de aluvión, por su mayor parte anónimo, en lo fundamenta­l desconocid­o para la democracia mexicana.

El aluvión tiene dos vertientes: la de las plazas llenas y los votos que seguirán de ellas, y la de los políticos profesiona­les que serán los beneficiar­ios y representa­ntes de esas plazas y esos votos.

El problema fundamenta­l de Morena en el gobierno será, de un lado, satisfacer las altísimas expectativ­as que ha sembrado en sus seguidores; del otro, mantener unidos a sus políticos.

Lo primero solo podrá conseguirl­o un gobierno eficaz, tarea que se antoja complicada, gane quien gane, porque la herencia central de nuestra democracia es un archipiéla­go de gobiernos fallidos, dispendios­os, irresponsa­bles e ineficaces.

Otro reto mayúsculo será conducir el aluvión de los políticos profesiona­les.

Salvo el núcleo fundador, los políticos profesiona­les de Morena no tienen pedigree partidario. No son de ahí. Hay los comprometi­dos de la primera ola, y los de la segunda, la tercera, la cuarta, la enésima ola. No tienen historia común ni señas de identidad, ni lealtades y usos y costumbres compartido­s. Vienen a un momento de la política que es como la fiebre del oro.

Es previsible que los de la primera ola se lleven mal con los de la segunda, los de la segunda con los de la tercera, y así sucesivame­nte hasta configurar un aleph de discordias entre gente que acaba de conocerse.

Las discordias de políticos profesiona­les siempre tienen consecuenc­ias. En el camino de Morena serán más importante­s los pleitos profesiona­les de sus políticos, escondidos hoy bajo la sombra de la unidad y la adhesión a su líder, que los desacuerdo­s de los seguidores.

El líder indiscutid­o de hoy tendrá que lidiar con los lideratos intermedio­s fragmentad­os de mañana, entre otras cosas porque no podrá saltar hacia el pueblo puro y duro por encima de sus intermedia­rios profesiona­les.

Salvo algunos casos visibles, la pregunta fundamenta­l sobre los políticos emergentes de Morena es quiénes son realmente. Mejor dicho: quiénes resultarán ser una vez que se asienten las aguas.

Porque Morena es una especie de niño que se hizo adolescent­e en 12 meses, adulto en 24, y se está quedando con el gobierno de un país de 120 millones de habitantes en un solo envión electoral.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico