Cuidados preventivos

Hemos cubierto ya los temas de rigor: el tránsito, el calor, la serie de Luis Miguel en cuya disección procuro demorarme. La pregunta de chofer es, sin embargo, ineludible: “¿Usted ya sabe por quién va a votar?”.

Pondero mis opciones. Decirle que no resultaría no solo cobarde, sino que acaso me condenaría a media hora de proselitismo estéril, estridente e indeseado. Pero revelar mi respuesta me haría correr el riesgo de que ésta no coincida con la suya y de desatar la furia de alguien con quien no solo comparto un espacio reducido y aislado, sino que —la polarización de los ánimos políticos me ha hecho ya no sé si paranoide o precavido— tiene mi integridad física literalmente en sus manos. Respondo con una pregunta: —Sí, ya. ¿Y usted?

Se hace otro silencio incómodo. Toca ahora al chofer el turno de evaluar el impacto potencial de su respuesta. Aunque revela más valor que la mía, no está exenta de cautela: —Pues ya sabía pero mi candidata se bajó. Correspondo a su sinceridad y le digo, tranquilo pero alerta, que yo votaré por Anaya. Mi interlocutor, sereno e inteligente —lo digo por su tono, no por la que ha de revelarse una potencial coincidencia con mi postura— me confiesa que es probable que él haga lo mismo. Ambos sonreímos aliviados. Hemos sorteado una situación —personal, no política— incómoda.

Se trata, por desgracia, de una excepción en un país en que la polarización política parece redundar en una polarización emocional, en que los memes injuriantes y los

guatsaps militantes circulan por las redes sin previa ponderación de su potencial ofensor, en que las cantinelas de niñas bien que votarán por “ya sabes quién”, chavos

chakas panistas y chairas arrepentidas se escudan en el humor para echar leña a un fuego que bien nos veremos obligados a apagar el 2 de julio.

El momento de tapar el pozo es antes de que se ahogue el niño. Si una lección ha de dejarnos este proceso electoral es que vivimos en un país plural. El momento de celebrarlo, de hacer de ello fortaleza política y no acicate para el encono social, es ya.