Jack el destripador, el rockstar del horror
/ o que más amo de mi país es que está hecho de gente que no se rinde, que siempre está dispuesta a luchar como todas las personas que están detrás de Jack. ¿Qué es esto? Una emocionantísima ópera rock que se escaba de estrenar en el Centro Cultural Teatro 2 de Ciudad de México y que tuve el privilegio de gozar la noche del miércoles pasado. Quiero ponerlo en antecedentes para que entienda la magnitud de este lanzamiento. México está lleno de hombres y mujeres disciplinados, creativos, trabajadores y esto aplica al universo del teatro musical. ¿Pero qué pasa? Que salvo honrosas excepciones, que casi nunca llegan a trascender, casi todos estos talentos están condenados a recrear formatos internacionales, obras que vienen de Broadway o de Londres. En el teatro musical mexicano, como en la televisión, no creamos, reproducimos. Cuando yo era adolescente, más que comedias musicales (así se les llamaba), lo que estaba de moda eran las óperas rock. Eran obras cantadas de principio a fin con música muy afín a lo que escuchábamos en la radio. Así fue como crecí entre puros espectáculos etiquetados como óperas rock como Evita, José el soñador y Cats. Lo más gratificante de aquella época era que los mexicanos no nos quedábamos atrás y que orgullosamente creamos joyas como
Kumán y ¡Qué plantón! Después todo eso cambió, el concepto de ópera rock se dejó de usar y se construyó una industria teatral mucho más sólida, pero dependiente de lo que se estrenara en Estados Unidos o Gran Bretaña. El miércoles que fui al Centro Cultural Teatro 2 volví a ser adolescente y, lo más hermoso, volví a ver una ópera rock mexicana. Sí, esta obra no se la fueron a comprar a nadie. Freddy Ortega y Alex Carrera la inventaron y no solo eso, la inventaron inspirándose en un tema internacional, en algo que se puede ver, entender y disfrutar en las más grandes capitales teatrales del mundo. El nombre completo de esta joya es Jack el destripador, el rockstar del horror y como su nombre lo indica es una fantasía construida alrededor del misterio de Jack the Ripper, uno de los asesinos seriales más famosos de todos los tiempos. Yo veía aquello y no daba crédito. Primero, de la historia. Es maravillosa. Ni remotamente vaya usted a pensar que se va a sentar a ver lo que todos sabemos. ¡Para nada! Esto crece, crece y crece en Europa, en Estados Unidos, involucra nuevos personajes, nuevas situaciones y tiene unas peripecias como para agarrar a besos a quienes las escribieron. Segundo, los talentos que participan en esta carísima puesta en escena son sensacionales. Desde figurones consagrados como José Antonio López Tercero hasta decenas de cantantes y bailarines de una nueva generación que pinta para llenar de orgullo a todo México.Jack es una experiencia que ningún mexicano se debe perder, un espectáculo que dice verdades, que asusta de tan valiente. Por lo que más quiera, luche por verla. Si usted es de esto, le va a encantar tanto como a mí. Se lo garantizo.