Reunión de Tesla se torna un espectáculo
La empresa realizó una transmisión en redes sociales mientras Elon Musk tuiteaba y hacía esperar a accionistas viable armar 5 mil autos semanales del Model 3 a finales de este mes
El magnate considera
Por el espectáculo, es difícil encontrar un defecto en la reunión anual de Tesla. Esta semana, Elon Musk subió al escenario con una camiseta y una chamarra informal, con grandes ojeras, con un aspecto como de un miembro envejecido de una boy band —o un energético emprendedor que se duerme en la planta de producción.
¿En cuanto a la sustancia y el escrutinio de la administración? Es menos impresionante. No se permitió la entrada a los periodistas. No hay nada ilegal en eso —es una reunión de accionistas—, pero es algo poco habitual entre las grandes empresas estadunidenses. Otros externos más flexibles tuvieron un papel, mientras que los inversionistas ordinarios, como es tan común en Silicon Valley, recibieron menor atención.
Es revelador que, antes de la dramática entrada de Musk, el abogado general de la automotriz hizo lo que llamó “la parte más aburrida”: anunció los votos sobre si Tesla debería tener un presidente independiente o sacar a otros polémicos miembros del consejo de administración, entre ellos a Kimball, el hermano de Elon, y al director ejecutivo de 21st Century Fox, James Murdoch.
Se excluyó a los medios tradicionales, pero dieron paso a las redes sociales. El espectáculo se transmitió en vivo y Musk hizo esperar a los accionistas mientras tuiteaba con sus fans. El jefe de Tesla siempre ha sido un adepto de Twitter, pero pare- ce que ahora se apoya cada vez más como ayuda para provocar periodistas, encontrar novias y solicitar preguntas de softball.
Sin embargo, él tiene un buen desempeño. Se le hizo un nudo en la garganta cuando dijo cuánto “realmente nos importa”, a diferencia de los sucios rivales que consumen mucha gasolina y que “no tienen alma”.
Y después del espectáculo de Twitter, Musk respondió algunas preguntas de los inversionistas que llegaron al Museo de Historia de la Computadora, en Mountain View. Dijo que era “bastante probable” que Tesla alcance su objetivo de producir 5 mil vehículos a la semana de su Model 3, un auto decisivo, para finales de este mes. Tal vez algo más revelador fue su recordatorio de que pocas automotrices del mercado masivo han perdurado. “Es increíblemente difícil tan solo seguir vivo”.
Para todas las debilidades de Tesla, la mayoría de las otras grandes compañías de tecnología están peor. El director ejecutivo de Alphabet, Larry Page, y su cofundador, Sergey Brin, no se presentaron a la reunión. Mark Zuckerberg estuvo en la de Facebook y se permitieron algunas preguntas, pero algunos inversionistas se quejaron de que no tuvieron una audiencia justa. Cuando los fundadores tienen derechos de voto extraordinarios, los inversionistas tienen que ser especialmente testarudos para tratar de que rindan cuentas. El hecho de que una mayoría significativa de accionistas independientes votaran para exigir igualdad de derechos en Facebook cuenta como una fuerte protesta.
El peor de todos fue Netflix, que el jueves llevó a cabo una reunión exclusivamente en línea, una terrible tendencia que le permite a las empresas callar a los disidentes. Los accionistas que lograron colocar una propuesta y, por lo tanto, asegurar una audiencia, se quejaron, con razón, de que los directores de Netflix suelen obtener un voto inusualmente sombrío y, sin embargo, tienen toda la confianza para quedarse. En 2015, la última vez que se postuló para la reelección, el empresario de tecnología Richard Barton incluso logró obtener menos de 50 por ciento de los votos; sin embargo, los extraños estatutos de Netflix y su aparente indiferencia hacia las opiniones de los accionistas significan que todavía está en el consejo. Después de eso, el director ejecutivo Reed Hastings respondió sin mucho entusiasmo tres preguntas al azar.