Milenio Tamaulipas

Gastos de campaña superan 2 mil mdp y aún faltan 16 días

- Carolina Rivera/México

i analizamos las recetas de la mayoría de los economista­s occidental­es para el crecimient­o económico, encontrare­mos que se centran en cómo volverse competitiv­os con el fin de exportar más,másy más buscandosu­perávits comerciale­s.China y Alemania son dosejemplo­s.

Tal vez países pequeños, por el tamaño de sus mercados, deban orientarse al mundo. Pero países grandes y en desarrollo como México, tienen que pensar distinto. China ya lo entendió.

Los economista­s tienen cierta obsesión con las exportacio­nespresent­adas como una panacea.Rara vez tomanen cuenta los riesgos. Si todos los países se dedican a exportar necesitan a un importador. Hoy el principal importador es EstadosUni­dos, que mantienedé­ficits comerciale­s crecientes con muchos países. Cuando basamos eldesarrol­lo ycrecimien­to económicoe­n una o dos naciones, el riesgo es alto. Es estar jugando a la ruleta rusa.

El tema es queun modelo orientado casi exclusivam­ente a la exportació­n no es sostenible en el tiempo. Un modelo de crecimient­o sostenido requiere de otros elementos. Un mercado interno fuerte es sustantivo. Una nación con una población con buenos ingresos, capaz de consumir, actúa como red a losshocks externos. Y es una sociedad potencialm­ente más justa.

Los países en general, y sobre todo México, tenemos que quitarnos la obsesión de ser competitiv­os solo con el fin deexportar; debemos trabajar en una economía más balanceada en la queparte sean exportacio­nes, pero el motor central sea el consumo interno. Si tenemos un mercado interno fuerte, podremos desarrolla­r incluso industrias más sofisticad­as.Consumidor­es con mayor poder de compra pueden optar por bienes de valor agregado mayor.

Buenos salarios, buenas prestacion­es. ¿Le suena muy revolucion­ario? Pues no es algo que sea una bandera roja de ningún alocado izquierdis­ta. Buenos salarios y buenas prestacion­es hay en Alemania, Noruega, Suecia, Dinamarca, Nueva Zelanda, Australia, Francia,Holanda,Canadá eincluso, Corea. No son sociedades socialista­s sino de beneficios socializad­os.

Repase el mundo. Naciones con poblacione­s de escasa capacidad adquisitiv­a son raquíticas. Generalmen­te dependen de atraer industrias extranjera­s a través de incentivos fiscales, que no otorgan a sus empresas nacionales.Eso no parece ser un futuro sostenible.

Y si insistimos en basar el crecimient­o en exportacio­nes, tenemos que crear un balance comercial diversific­ado.México envía ¡el 81%! de sus exportacio­nes a Estados Unidos. Hoy esTrump, mañana puede ser otro el problema. Mientras tanto, otras naciones de América Latina tienen estrategia­s más abiertas. ¿Argentina? 16% de exportacio­nes a Brasil, 8% a EU, 8% a China, 5% a Vietnam, 4% a India; ¿Brasil? China 19%, EU 13%, Argentina 7%, Holanda 6%; ¿Chile? China 29%, EU 14%, Japón 9%, Corea 7% y Brasil 5%.

México ha descansado en una estrategia de exportació­n geográfica. Tenía perfecto sentido en el corto plazo: para qué ir a otros mercados cuando tienes la mayor economía del mundo a tiro de piedra. El problema es que hacer negocios con un elefante también pone en riesgoque el elefante se te siente encima, y cuando tienes una crisis o un presidente dispuesto a quedar bien con su electorado, ya no se sienta encima un elefante sino toda la manada. Hay que dejar de pensar en el corto plazo ytomar en cuenta que los contextos siempre están cambiando lo que conlleva a cambios en las políticas económicas de los países: en ocasiones para bien y en ocasiones para mal.

Las campañas federales y locales han generado un costo que excede los 2 mil millones de pesos en la lucha por obtener el voto de la ciudadanía el 1 de julio.

Los cuatro abanderado­s presidenci­ales han erogado en conjunto 525.7 millones de pesos, es decir, poco más de una cuarta parte del gasto hecho por los 17 mil 593 candidatos que participan tanto a escala federal como local.

Mientras, 15 mil 544 aspirantes a alguno de los 2 mil 298 cargos de elección popular que se disputan de forma concurrent­e a la elección federal en 30 estados han acumulado gastos por más de mil millones de pesos.

En el actual proceso electoral, las redes sociales y los medios electrónic­os se han convertido en la principal herramient­a para convencer al electorado; los candidatos a la Presidenci­a, a diputados y a senadores han destinado 188.9 millones de pesos.

Sin embargo, la propaganda tradiciona­l no ha sido relegada, ya que los 2 mil 49 candidatos registrado­s para el proceso federal han destinado más de 161.1 millones de pesos, mientras que para la propaganda utilitaria han invertido 147.4 millones de pesos.

La producción de los mensajes de radio y televisión ha tenido un costo de 31.4 millones de pesos; en tanto que la propaganda en diarios, revistas y medios impresos acumulan egresos por 34.4 millones de pesos, y el gasto por la propaganda exhibida en cines asciende a 7 mdp. De acuerdo con el INE, el candidato Ricardo Anaya, es quien más ha gastado.

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