o Maite Azuela, Carlos Tello, Regina Reyes-Heroles C.
Hay escenarios indeseables que pasan por la mente de quien no respeta la democracia y suelen ser poco atendidos por quienes deben evitarlos. Mas vale tenerlos en cuenta para no ser sorprendidos, ya que el nivel de expectativa para que el resultado de la elección sea contundente puede incluso ser factor de encono y embate poselectoral. Porque seguramente servirá como un as bajo la manga de quienes busquen impugnar el resultado: • Resultados preliminares a paso de tortuga
Como ya lo anunció el INE, habrá horas de incertidumbre. Le debemos a un partido político su exitosa impugnación contra el conteo rápido. ¿Cuál habrá sido su interés? En vista de que solo podrán contarse directamente las actas y no las hojas de operaciones con las que se hacía el recuento en procesos anteriores, recibiremos la información a cuenta gotas. Minutos suficientes para que quienes no suelen acatar los resultados institucionales anuncien falsos triunfos y motiven rebeliones.
• Apuestas por la nulidad de la elección
¿Sabías que si el puntero no obtiene más de 5 por ciento de ventaja sobre el segundo lugar, esta elección podría anularse? Pues sí, es una de las novedades que ofrece el marco jurídico electoral. Ante esta posibilidad, no habrá de sorprendernos que, de existir una posible cercanía entre un contendiente y otro que no alcance a superar este porcentaje, la elección tenga que ser dirimida en tribunales y en caso de que los magistrados así lo decidan, se declare nula. Se ve remota, pero prefiero contemplarla porque la experiencia nos ha mostrado que la burra no era arisca.
Otra posibilidad para que sea declarada nula una elección es que el partido puntero haya ejercido más de 5 por ciento de gastos de campaña autorizados. Sabemos que los partidos y sus administradores no se caracterizan por su austeridad franciscana, así que la lupa fiscalizadora podría detectar causales de nulidad. JORGE MOCH • Barrera de gobernadores No fueron pocos los gobernadores que cerraron la llave de los recursos que debían destinar a los institutos electorales y por ende a los candidatos, para emprender sus campañas. Hay millones de pesos no entregados. Que no nos pille la posibilidad de que existan municipios o entidades en los que la inequidad en la distribución de los recursos impida que ahí sea posible la celebración de la elección.
• Materialización de fraudes anunciados
El robo de miles de boletas electorales en varios estados de la República ha quedado documentado. Los grupos armados al servicio de la trampa están a la orden del día. También se está recurriendo a la práctica del carrusel con boletas ya marcadas y compra de voto. ¿Será casualidad que en Ciudad de México circularan hombres con 20 millones de pesos en Insurgentes Norte? Finalmente, los resultados aterradores de la encuesta de Democracia sin Pobreza arrojan que nueve millones de mexicanos aceptaron vender su voto en la jornada electoral del 1 de julio.
Bajo advertencia, no hay engaño.