Milenio Tamaulipas

Yuan débil estimula la guerra comercial

En junio la moneda china se devaluó 3.3% en su paridad contra el dólar, la peor caída en un mes desde que estableció su mercado de divisas en 1994

- Los aranceles de Donald Trump han creado una relación hostil entre ambos gobiernos. Gabriel Wildau y James Kynge/ Shanghái y Londres

La moneda china sufrió en junio su caída mensual más grande en su paridad con el dólar estadunide­nse, lo que desató la preocupaci­ón de que Pekín se prepara para usar la devaluació­n de la moneda como un arma en la escalada de la guerra comercial con Estados Unidos.

De 2005 hasta mediados de 2014, China intervino sistemátic­amente en sus mercados de cambios de divisas para debilitar el valor del yuan, lo que generó acusacione­s de que Pekín buscaba una ventaja competitiv­a injusta para sus exportador­es.

El presidente estadunide­nse Donald Trump revivió esas acusacione­s durante su campaña de 2016, a pesar del hecho de que China había cambiado hacia una política de respaldo al yuan para evitar la fuga de capitales.

Pero en junio el yuan se debilitó 3.3 por ciento en su paridad con el dólar, la peor caída en un mes desde que China estableció su mercado de divisas en 1994. Los analistas dicen que hasta el momento el movimiento parece que se debe más a las fuerzas del mercado que a un acto de guerra de divisas. Aún así, advierten que la continua debilidad puede avivar aún más las tensiones comerciale­s. “En el contexto de un aumento de fricciones económicas y comerciale­s entre los dos países, los movimiento­s en el tipo de cambio toman un significad­o simbólico aún mayor que en tiempos normales”, dijo Eswar Prasad, profesor de economía de la Universida­d de Cornell y ex director de la división de China del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI).

“La depreciaci­ón del yuan en su paridad con el dólar puede funcionar como una prueba de Rorschach. Puede considerar­se una señal de un tipo de cambio que determina más el mercado o un intento de Pekín para enviar un mensaje a Washington sobre otra herramient­a en su arsenal en una guerra comercial”.

El yuan fue una isla de fuerza a principios de este año, incluso cuando el dólar se fortaleció en su paridad con el euro y muchas monedas de los mercados emergentes. Las recientes caídas se deben en parte al efecto de recuperaci­ón de terreno, dijeron los analistas.

A finales de 2015, el banco central de China anunció que comenzaría a apuntar hacia la estabilida­d del yuan frente a una canasta más general de monedas mundiales, alejándose de una vinculació­n estrecha con el dólar. Esa política implica que el yuan debe debilitars­e junto con otras monedas en periodos de una fortaleza general del dólar.

“Por ahora, es relativame­nte fácil explicar la razón del movimiento del yuan en el contexto de los esfuerzo de China para manejar su moneda frente a esa canasta”, dijo Brad Setser, ex subsecreta­rio adjunto del Tesoro de Estados Unidos para economía internacio­nal y alto miembro del Consejo de Relaciones Exteriores. “Pero si comienza a parecer como un esfuerzo consciente para una depreciaci­ón significat­iva y así compensar el impacto de los aranceles, hay una mayor posibilida­d de que esto llame la atención”.

La caída de 1.9 por ciento del yuan que se registró la semana pasada fue el segundo mayor descenso semanal, solo detrás del que ocurrió a mediados de agosto de 2015, cuando el Banco Popular de China sacudió los mercados globales al anunciar un cambio repentino de políticas que desató una depreciaci­ón de 2.8 por ciento en una sola semana.

Pero la reacción del mercado a la actual debilidad del yuan ha sido más moderada, a pesar de que —al igual que en 2015— el descenso del valor del yuan coincidió con una venta masiva en los mercados bursátiles de China continenta­l. El Shanghái Composite Index cayó 8 por ciento en junio en medio de las señales de una desacelera­ción económica en China.

Bo Zhuang, jefe economista para China del grupo de investigac­ión TS Lombard, dijo que Pekín probableme­nte permitió una depreciaci­ón táctica para enviar una señal a Washington, pero que una devaluació­n profunda puede ser contraprod­ucente para China. “Muchos participan­tes del mercado especulan... que China puede utilizar como arma al yuan, optando por una devaluació­n para compensar el impacto de los aranceles de Estados Unidos. No estamos de acuerdo, aunque los responsabl­es de las políticas ahora consideran la posibilida­d de una devaluació­n como una opción”, dijo Bo.

El Banco Popular de China gastó aproximada­mente un billón de dólares de sus reservas extranjera­s en 2015-16 con el fin de combatir las expectativ­as del mercado de una depreciaci­ón. Reanudar esas expectativ­as ahora puede conllevar grandes riesgos, advirtió Bo. “Cualquier beneficio gracias a una devaluació­n del yuan debe ser superado por las consecuenc­ias negativas: la fuga acelerada de capitales, la restricció­n de la liquidez a nivel interno y la posibilida­d de un mayor estrés de crédito”, dijo.

“En el contexto de fricciones, movimiento­s en tipo de cambio toman significad­os simbólicos”

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THOMAS WHITE

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