La lucha libre ya es patrimonio de CdMx
El deporte-espectáculo se originó en la época prehispánica, pero hasta la Colonia se ofreció la primera exhibición, asegura el cronista Jorge Gámez
Los luchadores son como dioses, en cada llave hacen un verso; la lucha libre mexicana es un poema y el nombre de cada uno de ellos es un cuento, un enigma. La lucha es, en síntesis, un ritual, un oficio rudo y puro; al tiempo de ser un arte de fina ejecución, detona la identificación individual y colectiva, la emoción a flor de piel, la aspiración de ser como ellos, los luchadores. Es, pues, una de las expresiones de la cultura popular urbana más arraigada en nuestra ciudad y en nuestro país, que ha trascendido fronteras para llevar esta magia a los rincones más insospechados del mundo”.
Con esta referencia a la obra Máscara contra cabellera de Víctor Hugo Rascón Banda, el secretario de Cultura de la Ciudad de México, Eduardo Vázquez Martín, destacó la importancia de este deporte que, además de contar con su propia estética, ha propiciado ensayos literarios, puestas en escena y todo un subgénero fílmico que solo existe en México.
Ayer, el jefe de Gobierno de CdMx, José Ramón Amieva, y Vázquez Martín firmaron el decreto que distingue como Patrimonio Cultural Intangible de la capital a la lucha libre mexicana, y reconoce los conocimientos, creencias, prácticas, técnicas, sistemas de representación y transmisión relacionados con ella. “Estamos celebrando —dijo Vázquez Martín— un camino de reconocimiento, de valoración, de respeto, de amor a una manifestación cultural de nuestra ciudad, que aquí tiene características especiales aunque se comparte en otros rincones del mundo. Este proceso arranca con la historia de la lucha libre mexicana, pero el capítulo que ha llevado a esta declaratoria inició con el impulso de Roberto López, El Fantasma, presidente de la Comisión de Lucha Libre Profesional de la CdMx”.
Amieva dijo que “esto es un logro para el gobierno; es tener la visión de que la lucha libre mexicana está presente en nuestras vidas, que mujeres y hombres que forman parte de esta cultura tienen que ser reconocidos, lo que nos permitirá a nosotros, como ciudad y como gobierno, decir: esto es la lucha libre, esto es lo que se reconoce y lo que se representa a nivel mundial”.
Durante el acto en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, ante medio centenar de luchadores, Amieva dijo que dio instrucciones a Vázquez Martín para que, con El Fantasma, “se haga el primer directorio de personas que participan o que han participado en la lucha libre, para que los programas sociales, de salud, de empleo, de desarrollo económico, de acompañamiento turístico lleguen a ustedes”.
Salvaguarda
El cronista Jorge Gámez Garnica presentó una historia breve de la lucha libre; dijo que en realidad su origen se encuentra antes de Cristo, cuando se realizaban juegos públicos para los dioses del Olimpo.
“En México —añadió— todo se remonta al 3 de abril de 1427, cuando es nombrado como emperador de Tenochtitlan, Itzcóatl, serpiente de obsidiana, quien funda dos escuelas aztecas para guerreros. Después de eso viene una intervención, en 1865, de un general francés que ofrece las primeras exhibiciones de lucha libre en el palacio de Buenavista, que hoy alberga al Museo de San Carlos. Para 1897 se da el primer encuentro ya de lucha libre, anunciado espectacularmente como un gran evento en la plaza de toros de Bucareli”.
Esta declaratoria se sustenta en las disposiciones internacionales aplicables en materia de patrimonio cultural intangible aprobadas por la Unesco, en las que establece que se constituye por “los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas —junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes— que las comunidades, los grupos y, en algunos casos, los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural”.
El Gobierno de la Ciudad de México, a través de la Secretaría de Cultura y en coordinación con las autoridades competentes, conformará la Comisión de Patrimonio Cultural Intangible de la Lucha Libre Mexicana, la cual tendrá, entre otras funciones, la instrumentación del plan de salvaguarda a corto, mediano y largo plazos, destinado a investigar, conservar, fomentar y difundir los valores culturales de este deporte, a fin de promoverlo también como atractivo turístico-cultural.
Tras el acto se realizaron varios combates de lucha en el Zócalo.