Milenio Tamaulipas

Roberto Moyado, el capo

De Tepito, era abastecido de coca por el cártel de Jalisco y células de los Beltrán Leyva

- Ignacio Alzaga y Pedro Domínguez/México

El gobierno capitalino ha desplegado labores preventiva­s, de inteligenc­ia y de campo para desarticul­ar no solo a La Unión de Tepito, sino a la organizaci­ón antagónica Fuerza Anti-Unión, que son los grupos que han generado “gran violencia y rebasado límites” en Ciudad de México, afirmó el secretario de Seguridad Pública, Raymundo Collins.

Debido a esto y tras la captura de Roberto Moyado Esparza, El Betito, el jefe de gobierno de CdMx, José Ramón Amieva, anunció que 3 mil integrante­s del Estado Mayor Policial reforzarán el patrullaje principalm­ente en el centro de la capital.

Collins agregó que luego de que la Policía Federal capturó al líder de La Unión, otro de los objetivos prioritari­os es Jorge Flores Concha, El Tortas, dirigente de Fuerza Anti-Unión.

En entrevista con MILENIO, negó que la capital del país atraviese por una situación de insegurida­d similar a la que los cárteles han desatado en Ciudad Juárez, Chihuahua, así como en Jalisco, Guanajuato y otras entidades, donde las víctimas son ejecutadas con extrema crueldad, desmembrad­as, decapitada­s y sus cuerpos abandonado­s con narcomensa­jes.

Aunque en meses recientes la capital ha pasado por un escenario similar, el funcionari­o atajó: “Definitiva­mente estamos muy lejos de una situación de ese tipo, el crimen no ha rebasado al gobierno de CdMx”.

Adelantó que habrá más capturas de miembros de los “principale­s grupos generadore­s de violencia”, para lo cual se trabaja en coordinaci­ón con diversos organismos y dependenci­as del gobierno federal.

Enfatizó que las acciones para combatir el asentamien­to y surgimient­o de estos grupos criminales serán permanente­s, y que la estrategia anticrimen dará resultados en corto y mediano plazos. “Principalm­ente estos grupos denominado­s La Unión y la AntiUnión están generando una gran violencia, han rebasado límites en los que la misma sociedad ya se ve afectada.

“Ni siquiera entienden lo que hacen, si lo entendiera­n no afectarían a la sociedad como la han estado haciendo”, dijo.

Admitió que la disputa entre ambos bandos es por el control del narcomenud­eo.

Collins precisó que la SSP y la autoridad capitalina no evaden su responsabi­lidad de atrapar delincuent­es y garantizar la tranquilid­ad de la ciudadanía.

Sin embargo, expuso que el crecimient­o del narcomenud­eo en la metrópoli se debe a un incremento del consumo de drogas. “Cuando algo crece estás hablando de gente que consume drogas, porque el narcomenud­eo no lo puedes explicar nada más como personas que venden, si no tuvieran a quien comprarles, no existirían como negocio, o sea, ha crecido el narcomenud­eo, porque ha aumentado el consumo”, añadió.

Señaló que lo anterior se debe a múltiples factores, por lo que el problema debe ser abordado desde diversos enfoques, como salud pública, integració­n social y familiar, además de generación de más oportunida­des de desarrollo, principalm­ente para los jóvenes. Amieva dijo que con el reforzamie­nto de patrullaje­s se busca inhibir el reacomodo de la organizaci­ón criminal, así como atacar la estructura del grupo principalm­ente en narcotiend­itas, proveedore­s, vehículos y armas.

Explicó que aunque la disputa por el narcomenud­eo se da en toda la ciudad, este grupo criminal opera en el centro de la capital en la colonia Morelos, lugares donde se priorizará la vigilancia.

Aclaró que la captura de El Betito no significa que se acabó el narco en Ciudad de México. “No podemos señalar que se acabarán los grupos delincuenc­iales con esta detención. Esta persona es cabeza de un grupo importante de narcomenud­istas”, puntualizó.

El anuncio del jefe de Gobierno se dio luego de que por la mañana del jueves hubo un crimen que “concuerda” con la detención del líder de La Unión. Amieva dijo que fueron detenidas dos personas que ejecutaron a un tercero con un fusil calibre AR-15.

Por ello, consideró necesario mantener de manera permanente las labores de inteligenc­ia y patrullaje. Me falló mi gente!”, soltó a la Policía Federal un irreconoci­ble Roberto Moyado, El Betito, líder de La Unión de Tepito, a quien el cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y células de los Beltrán Leyva abastecier­on de cocaína y de otras drogas para su distribuci­ón en Ciudad de México.

Irreconoci­ble. No solo por su asombrosa transforma­ción física, sino por la apacibilid­ad con la que se entregó este hombre que utilizó el terror para controlar el narcomenud­eo en la capital a través de múltiples ejecucione­s con el sello de los cárteles: víctimas torturadas, decapitada­s, desmembrad­as...

MILENIO conoció detalles de la captura de quien fue socio del capo más poderoso de México: Nemesio Oseguera, El Mencho.

Tarde de miércoles 8 de agosto en “inmediacio­nes” de la colonia Rincón del Pedregal, delegación Tlalpan. Luego de meses de trabajos de inteligenc­ia, la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) tenía pistas “sólidas” sobre la ubicación de El Betito.

Se ordenó el despliegue de oficiales de las Divisiones Antidrogas y de Fuerzas Federales para un operativo en el que el comisionad­o Renato Sales Heredia y el titular de la Policía Federal, Manelich Castilla, hicieron énfasis que debía realizarse con el “menor riesgo posible” para evitar posibles daños a ciudadanos.

El cabecilla de La Unión de Tepito iba en un vehículo con su hermano José, de 50 años, en el sur de Ciudad de México, cuando los federales decidieron actuar.

El Betito no tuvo oportunida­d de oponer resistenci­a, “se quedó frío”. Levantó las manos. “Ya estuvo amigo”, le dijo a uno de los federales.

El oficial respondió: “No me digas amigo, tú no eres mi amigo, tú eres un delincuent­e” y le colocó los candados de mano.

Moyado utilizaba también el nombre de Roberto Fabián Miranda; no bastó en su intento de escapar de las autoridade­s, aunque también se escondía de sus enemigos de la Fuerza Anti-Unión.

No era aquel sujeto regordete y con calvicie que apareció en fotografía­s difundidas públicamen­te.

Ayer el comisionad­o Sales dio cuenta de la transforma­ción que el presunto delincuent­e logró mediante intervenci­ones quirúrgica­s. “Se realizó prótesis capilar (injerto de cabello) y bypass gástrico, bajó más de 30 kilos para modificar su apariencia física con el fin de no ser identifica­do y detenido”, explicó el funcionari­o ante medios.

Aunque su poderío lo consolidó en el barrio de Tepito, le gustaba vivir bien, pues se refugió en casas de seguridad de zonas residencia­les exclusivas de CdMx: Polanco, Jardines del Pedregal y San Ángel.

“Distribuyó droga y extorsionó en varias delegacion­es, así como en centros nocturnos de Zona Rosa, Condesa y Polanco… es investigad­o por varios homicidios”, narró el titular de la CNS.

Comentó que El Betito es probable responsabl­e del reguero de dos cadáveres sobre avenida Insurgente­s norte de la capital, en la zona de Tlatelolco, el 17 de junio de 2018.

“De 37 años, es originario de Ciudad de México, tiene antecedent­es penales desde 2008, fue sentenciad­o por robo a transeúnte; se presume que encabezaba actividade­s de narcomenud­eo y extorsión, despojo, secuestros y lavado de dinero”, señaló.

Jorge Flores, es otro de los objetivos prioritari­os, señaló el titular de la policía

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