Milenio Tamaulipas

Ocho de cada 10 desaprueba­n la amnistía para criminales

- Fernando Damián/México

Ocho de cada 10 personas (77.8 por ciento) están en desacuerdo con que el gobierno otorgue la amnistía a grupos criminales como alternativ­a para reducir la violencia, mientras 12.6 por ciento se declara a favor de esa medida; el restante 9.6 por ciento dice no saber o prefiere no contestar.

De acuerdo con los resultados de la encuesta Seguridad y Participac­ión Ciudadana 2018, del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (Cesop) de la Cámara de Diputados, seis de cada 10 (62.8 por ciento) se manifiesta­n contra la legalizaci­ón de las drogas, pero otros tres (28.3 por ciento) respaldan esa medida.

Asimismo, más de la mitad de los ciudadanos consultado­s (55.8 por ciento) sostiene que México es hoy menos seguro que hace 12 meses y la quinta parte (21.4 por ciento) afirma que en el último trimestre han sido víctimas de algún delito.

En ese contexto, siete de cada 10 (68.4 por ciento) considera que los cuerpos policiacos se encuentran “muy controlado­s” o “algo controlado­s” por el crimen organizado, en tanto dos de cada 10 (21.9 por ciento) estima que están “poco controlado­s”.

Por ello, casi una cuarta parte de los entrevista­dos (24.2 por ciento) se manifiesta por “militariza­r las policías” como forma de control para dar mayor certeza y confianza a los ciudadanos, aunque 21.3 por ciento ve una mejor opción en renovar en su totalidad las corporacio­nes.

En contraste con la percepción ciudadana sobre los policías, prácticame­nte nueve de cada 10 personas (88.7 por ciento) están de acuerdo en que las fuerzas armadas (Ejército y Marina) participen en acciones contra el crimen organizado y el narcotráfi­co.

Según las respuestas obtenidas mediante mil 200 entrevista­s efectivas en vivienda del 7 al 12 de junio de este año, 65.7 por ciento está de acuerdo con una ley que dé certidumbr­e jurídica a la participac­ión de los militares en tareas policiales, aunque 27.7 por ciento dice no a esa legislació­n.

La institució­n mejor calificada por los ciudadanos es la Marina-Armada, con 8.2 en una escala del 1 al 10, seguida del Ejército Mexicano, con 7.7, y la Policía Federal, con 6.1.

Los jueces alcanzan 4.9 en la evaluación, ligerament­e por arriba de las policías municipale­s, con 4.6, y el Ministerio Público, con 4.5 solamente.

A la pregunta ¿Usted considera que las autoridade­s encargadas de la impartició­n de justicia...?, 44.9 % respondió: “son parte de la delincuenc­ia”. “Los analfabeto­s del Siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir sino aquellos que no puedan aprender, desaprende­r y reaprender” AlvinToffl­er esde hace décadas se viene repitiendo que la educación es la clave para el desarrollo económico y social. Sin embargo, poco se ha hecho para procurar verdaderos cambios al sistema educativo mexicano. De muchas maneras nuestro sistema sigue siendo igual que el de hace más de 100 años. Los cambios en las estructura­s educativas han sido – en el mejor de los casos – estéticos. Cambiaron los pizarrones, no la forma en que se impartencl­ases en las aulas, la tecnología se ha pensado como un fin y no como un medio, y la mayoría siguen promoviend­o la repetición y la memorizaci­ón. Lo que se requiere es una reforma total, pero sobre todo en la forma en que entendemos la educación.

Hace unos años el profesor, investigad­or y emprendedo­r social Sugata Mitra, emprendió un experiment­o en algunos pueblos remotos en la India, debido a su preocupaci­ón de que justo en los lugares dónde más se necesitan los mejores maestros, estos no llegan. En barrios pobres de Nueva Delhi incrustó computador­as en las paredes y les instaló algunos programas educativos e internet. Les dejó a los niños retos a resolver y regresó un par de semanas después. La tesis que Mitra quería demostrar es que los niños podían en gran medida gestionar su propia capacidad de aprendizaj­e si les daban las herramient­as correctas y se generaba un ambiente estimulant­e. De su experiment­o obtuvo resultados sorprenden­tes, al poco tiempo no solo logró una mejora en la capacidad cognosciti­va de los niños, también en sus habilidade­s de liderazgo, colaboraci­ón y sobre todo observó un impulso contundent­e en su creativida­d y en su interés natural por aprender. El experiment­o que inició en Nueva Delhi después se aplicó en otros lugares del mundo.

Ahora bien, contrario a lo que muchos creen, los cambios más profundos en los modelos educativos ejemplares como el de Finlandia, no están basados en la tecnología: están más enfocados en cambiar el sistema de enseñanza de las escuelas y aulas (que dejen de asemejarse a centros penitencia­rios); no pretender que todos los niños aprendan igual y a la misma velocidad; procurar espacios de colaboraci­ón y que los maestros en vez de inspirar miedo sean percibidos como facilitado­res, incitando a los niñosa observar diferente, tener su curiosidad siempre despierta y un involucram­iento proactivo y propositiv­o de los padres de familia. El especialis­ta en educación Arthur C. Clarke dice: “Si un niño tiene interés, entonces ocurre la educación”. ¿La tecnología? Una herramient­a, no un fin.

Las principale­s tendencias en educación están centradas en la colaboraci­ón entre maestros, alumnos y comunidade­s.En México a lo largo de los años se han realizado varias reformas educativas, procurando un sistema más inclusivo y eficaz. Sin embargo, seguimos situados en los últimos lugares a nivel regional, con un escaso 17% de alumnos que logran llegar a la universida­d. Los resultados del Programa para la Evaluación Internacio­nal de Alumnos (PISA) coloca la calidad educativa de México por debajo del promedio mundial, según su última edición (2015), resultando que únicamente un 1% de los estudiante­s mexicanos que tomaron la prueba tienen los conocimien­tos suficiente­s para posicionar­se con un buen resultado en el programa. Así de grave.

La mirada y la preocupaci­ón por mejorar la educación en México esun acierto, sin embargo habría que considerar si la receta empleada es la correcta. Los incansable­s debates sobre la reforma educativa y la evaluación de los maestros no son suficiente­s.

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