Peña Nieto a 100 días del fin de su presidencia
Esta semana, para marcar oficialmente el inicio de su despedida como Presidente del país, Enrique Peña Nieto fue entrevistado por medios de comunicación. A modo de balance del sexenio, Peña Nieto opinó sobre los temas más importantes de su administración.
De las entrevistas, en particular la realizada por Denise Maerker, llaman la atención tres cosas. La primera, sin duda, es su relación con los grandes escándalos del sexenio: la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y la casa blanca. En ambos casos sigue pensando igual que en 2014, cuando ambos sucedieron. De esto, lo más interesante, quizá, es que a la casa blanca la sigue entendiendo como un problema de comunicación, de falta de explicación. Es decir, como cuestión de percepción, no de corrupción.
A esto hay que agregar que sigue sin comprender lo que constituye un conflicto de interés: para él no lo hubo porque el tren México-Querétaro, a realizarse con la compañía que le vendió la casa a precio preferencial, nunca se construyó. Notorio que cuatro años después su opinión no haya cambiado un ápice.
La segunda es la seguridad del país. El Presidente piensa que se debió de haber gastado más dinero en combatir el crimen organizado, pero no juzgó apropiado endeudarse, pues había otras prioridades. Como consecuencia de esta decisión —entre otros factores—, su gobierno entrega la peor tasa de homicidios del México moderno.
Y la tercera, sus éxitos: lo positivo del sexenio para EPN fueron las reformas estructurales que llevó a cabo durante los primeros dos años. Una de ellas, la que él considera más importante, la educativa, será revertida casi de inmediato por el presidente entrante, Andrés Manuel López Obrador.
A 100 días de dejar la Presidencia, el balance de Enrique Peña Nieto no es bueno y las entrevistas lo muestran de forma clara: deja un país consumido por violencia, una derrota histórica para su partido y un legado que se borrará de un plumazo el 1 de diciembre. Un logro efímero envuelto en fracasos duraderos.