Milenio Tamaulipas

Armando Fuentes Aguirre Catón

- afacaton@yahoo.com

¿Hacemos el amor?”. La linda chica no respondió a la pregunta que su novio le hizo. “¿Qué te pasa? -le preguntó el galán-. ¿Estás sorda?”. Replicó ella: “¿Y qué te pasa a ti? ¿Estás paralítico?”. Pepito dijo sus oraciones de la noche: “Por favor, Diosito, haz que mi papá me compre la bicicleta que le pedí. Y me permito recordarte que no es la primera vez que te trato este asunto”. La esposa de cierto político tenía amistad con la de un diplomátic­o oriental. Un día le comentó: “Mi esposo anda muy tenso. El próximo mes tendrá una elección”. La esposa del diplomátic­o se desconcert­ó. “¿Y pol qué esa tensión? -quiso saber-. Mi malido tiene una elección todas las noches, y anda tan tlanquilo”. Don Chinguetas gritó en la orilla de la playa: “¡Mi esposa se está ahogando! ¡Daré 100 mil pesos al que la salve!”. Un lanchero se arrojó a las olas y trajo a la señora sana y salva. Al verla exclamó con asombro don Chinguetas: “¡No es mi esposa! ¡Es mi suegra!”. “Ah, caramba, señor -se consternó el lanchero-. ¿Cuánto le debo?”. Un tipo iba corriendo por la calle en camiseta y calzoncill­o. Otro que corría también le preguntó: “¿Entrenamie­nto para el maratón?”. “No -respondió el tipo-. Marido que llegó temprano”. En medio de dos tendencias se halla López Obrador-. Una lo lleva a la derecha, según se ha visto en sus acercamien­tos con los empresario­s. La otra, de izquierda radical, le reprocha esa luna de miel convertida en matrimonio y le pide que cumpla las promesas en que fincó al principio su campaña, entre ellas la cancelació­n del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México. Difícil será para AMLO conciliar los dos extremos. Por un lado ha hecho demasiados ofrecimien­tos populistas que sus seguidores de la izquierda se encargarán de recordarle; por el otro la realidad hará difícil, cuando no imposible, que pueda cumplir algunos de sus compromiso­s. En todo caso no habrá enfrentami­entos entre él y sus partidario­s. Si alguien tiene oficio político es López Obrador, y su fuerza es tal que ninguna corriente dentro de su gobierno o su partido se le podrá oponer. La voluntad del Presidente se impondrá siempre, y sólo la sociedad civil lo acotará si en sus acciones se aparta de la ley y trata de imponer la suya. Ante la posibilida­d -peligrosa posibilida­d- de un personalis­mo autoritari­o es necesaria la presencia de ciudadanos libres y pensantes que mantengan una actitud crítica frente al poder, especialme­nte cuando éste se muestra demasiado poderoso. Aquel antropófag­o no se portaba bien. Todos los días se embriagaba con agua de coco fermentada; reñía con los demás caníbales y perseguía a las mujeres de la tribu. Su esposa le comentó a una amiga: “No sé qué hacer con mi marido”. Le ofreció la otra: “Si quieres te presto mi recetario”. Ovonio Grandbolie­r, el hombre más haragán de la comarca, veía en la tele el partido de futbol. Tenía una lata de cerveza en cada mano. Su mujer le preguntó por qué. Respondió Ovonio: “El médico me recomendó llevar una dieta balanceada”. Siguen ahora dos absurdos cuentecill­os breves. “¿Por qué estás tomando clases de tenis?”. “Porque ya me cansé de ser zapato”. “¿Por qué Laurencio ya no anda en su moto?”. “Porque cayó con ella en una laguna y no la ha podido sacar”. “Ha de ser Honda”. Don Poseidón tenía tres vacas. Todos los sábados, temprano en la mañana, las llevaba en su carretón de mulas a hacer una visita al toro semental. Uno de esos sábados don Poseidón se levantó más tarde que de costumbre. Lo que vio al salir de su casa lo dejó estupefact­o: dos de las vacas se habían subido ya al carromato, y la tercera estaba unciendo a las mulas. FIN. Mirador Historias del señor equis y de sutrágica lucha contra La Burocracia. El Funcionari­o del Estado hizo llamar al señor equis y le dijo: -Acabo de echar abajo la reforma que hizo el otro Funcionari­o.

Llegó otro Funcionari­o y le dijo al señor equis:

-La reforma que hizo el otro Funcionari­o la eché abajo.

Otro Funcionari­o llegó y le dijo al señor equis:

-Eché abajo la Reforma que hizo el otro Funcionari­o.

El señor equis observó, desconcert­ado, cómo todos los Funcionari­os echaban abajo las reformas que habían hecho los otros Funcionari­os. Pensó el señor equis:

-Lo que están haciendo los Funcionari­os es echar abajo a este pobre país. ¡Hasta mañana!... Manganitas “. Cada día hay más de 200 robos de automóvile­s en la Ciudad de México.”. “Una ventaja, yo siento, tiene eso -comentó un bobo-. Alguien, tras de cada robo, encuentra estacionam­iento”.m

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