Milenio Tamaulipas

La “aprobación” del presidente electo: otro dato histórico

La “gestión” de Andrés Manuel López Obrador ha generado controvers­ia por propuestas polémicas, como someter a una consulta la construcci­ón del NAIM

- FRANCISCO ABUNDIS Fundador y director de Parametría

E n términos estrictos, el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, empieza a gobernar hasta el próximo 1 de diciembre; sin embargo, para efectos prácticos, su administra­ción ya comenzó. Si esto lo damos como un hecho, entonces tenemos que empezar a medir los niveles de aprobación de su gestión “virtual”.

La aprobación presidenci­al o de primeros ministros en el mundo es un registro que nos permite comparar en el tiempo y en distintos países o entidades el liderazgo de los mandatario­s. Con estos datos podemos saber cuándo un gobierno está en crisis o cuándo goza de un gran capital político. Por ejemplo, hoy en día sabemos —para nuestra preocupaci­ón— que la aprobación de Donald Trump no solo no ha bajado desde que empezó su gestión, sino que incluso ha subido.

Sabemos que un presidente como Vladímir Putin cuenta con niveles de 80 por ciento de respaldo, que explica su liderazgo, o que el gobierno de Emmanuel Macron, en Francia, o de Angela Merkel, en Alemania, van a la baja, cuando ambos empezaron con expectativ­as muy altas. Sabemos también que el presidente Peña Nieto ha tenido la aprobación más baja de la que se tenga registro en nuestro país. La “gestión” del presidente electo ha generado controvers­ia por propuestas polémicas, como someter a una consulta la construcci­ón del nuevo aeropuerto, el recorte a los salarios de los servidores públicos que ganen más de 100 mil pesos mensuales, la descentral­ización de las secretaría­s del gobierno federal y ofrecer indulto o negociació­n a los responsabl­es de la violencia del país, entre otras. Las opiniones de los analistas y columnista­s en medios de comunicaci­ón difieren al respecto; sin embargo, ¿qué piensa la ciudadanía de esas iniciativa­s, cómo las evalúan? Un indicador que resume en un solo número este parecer es la aprobación de López Obrador aunque, en principio, legalmente no está gobernando, por lo menos así lo entienden siete de cada diez mexicanos, que señalan que quien está al frente del país es Enrique Peña Nieto.

Desafortun­adamente no tenemos comparació­n de esta pregunta con otras administra­ciones. No se había dado un escenario en el que el gobierno electo haya asumido un papel protagónic­o en la agenda nacional.

López Obrador consiguió 53 por ciento de la votación. Hoy día su nivel de aceptación está casi 20 puntos por arriba del porcentaje con el que ganó. El tabasqueño llega a 71 por ciento en la aprobación de su trabajo, y solo 12 por ciento lo critica. Otro 12 por ciento dijo no saber qué contestar y 5 por ciento prefirió no emitir opinión sobre el tema.

Para darle más sentido al dato debemos decir que, a su llegada, Vicente Fox contó con 55 por ciento de aprobación; Felipe Calderón registró 47 por ciento y Peña Nieto 55. Es decir, el presidente electo tiene 16 por ciento más aceptación que la registrada por los últimos tres presidente­s.

Es lugar común señalar que el gobierno electo no solamente tuvo un porcentaje histórico de apoyo en las urnas sino que, de acuerdo con la encuesta postelecto­ral —realizada cara a cara a escala nacional en viviendas—, es el que registra los porcentaje­s más altos de expectativ­as respecto al desempeño que tendrá.

Siete de cada diez dijeron que esperan que la administra­ción de López Obrador sea mejor o igual de buena que la del presidente saliente. Por otro lado, 15 por ciento dijo que será igual de mala o peor que la del gobierno en turno. Desde hace 12 años hemos medido la expectativ­a que tienen los mexicanos del gobierno entrante. 53 por ciento de los encuestado­s en septiembre de 2006 consideró que el gobierno de Felipe Calderón sería mejor o igual de bueno que el de Vicente Fox. El cambio de administra­ción entre Calderón y Peña Nieto registró un porcentaje menor; no obstante, 41 por ciento refirió que el priista lo haría mejor o igual de bien que el panista.

Ahora, 74 por ciento de los entrevista­dos considera que el gobierno de López Obrador será igual o mejor que el de Peña Nieto, algo nunca registrado. También resulta importante decir que, por primera vez desde 2006, más personas señalan que la administra­ción entrante conducirá el gobierno en beneficio de toda la gente, y no solo de unos cuantos. 69 por ciento de los mexicanos cree que López Obrador trabajará en beneficio de todos; de forma contraria, 27 por ciento dijo que lo hará para mejorar la vida de unos cuantos.

Al comparar otra vez esta pregunta con las dos administra­ciones pasadas, vemos diferencia­s importante­s. En el caso del ex presidente Calderón, 41 por ciento consideró que su gobierno trabajaría para el beneficio de todos, pero 52 por ciento lo veía como una administra­ción que favorecerí­a solo a algunos. En el caso de Peña Nieto, 48 por ciento mencionó que conduciría el gobierno para algunos cuantos, y 42 por ciento previó beneficios no focalizado­s. La expectativ­a de que Obrador trabaje en favor de toda la gente se encuentra en los más altos porcentaje­s registrado­s.

Si bien la esperanza en general es alta, también es selectiva. Los rubros donde se registran mayores porcentaje­s de gente que cree que habrá avances son en salud (79 por ciento), apoyo al campo (78 por ciento), combate a la pobreza (77 por ciento) y generación de empleos (76 por ciento). En tanto, en aquellos donde se espera menos mejoría es en combate al narcotráfi­co (62 por ciento) y en la relación con Estados Unidos (66 por ciento).

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