Inseguridad, violencia y Carlos Urzúa
El viernes pasado, el Presidente electo dedicó muchos minutos, los más que ha dedicado al tema en un tiempo al problema de la seguridad y la violencia del país.
Fue después de sus reuniones de la semana pasada con los secretarios de Marina y Defensa y su anuncio que, por lo pronto, soldados y marinos seguirán en las calles combatiendo al crimen organizado.
“Decir con mucha claridad que no podríamos en las circunstancias actuales, porque no hay opciones ni alternativas, no podríamos dejar de utilizar al Ejército y a la Marina para atender el problema de la seguridad y la violencia, la Policía Federal no está preparada para sustituir lo que hacen los soldados y los marinos, siendo realistas no se ha podido consolidar a la Policía Federal, no se avanzó, no quiero hacer cuestionamientos pero sí tengo que informar con objetividad, no se podría atender el problema de la inseguridad y la violencia en la actualidad sin utilizar al Ejército y la Marina”.
Y dijo algo que hace tiempo se sabe de la Policía Federal: “No tiene cuarteles, es como una volanta, lo digo con todo respeto, los mandan a los estados sin apoyo, tiene que ir a acampar para vivir en hoteles en situaciones realmente lamentables; no, no se crearon las condiciones...”.
Y dijo también que “no están funcionando las policías estatales y municipales, no están cumpliendo con su responsabilidad salvo honrosas excepciones. Ésta es la amarga realidad”.
Nada nuevo para quienes siguen el tema y leen a los expertos, pero importante porque lo declaró el próximo Presidente de México.
Dijo López Obrador que esto tendrá que ser transitorio. Y ahí está el problema.
Hace unas semanas, Alfonso Durazo ya dijo que el presupuesto para su nueva secretaría será el mismo que el año pasado. La austeridad, sumada a proyectos prioritarios: becas, aumento de pensión a adultos mayores, programa de jóvenes, infraestructura, Tren Maya... Todos se disputan el presupuesto.
Reconstruir la Policía Federal, construir policías estatales o municipales que funcionen no es solo un problema de voluntad. Se necesita mucho dinero que el gobierno actual escatimó.
La decisión más importante del plan para los próximos seis años, que dijo López Obrador presentará en octubre, pasa por la oficina de Carlos Urzúa.
No hay reunión de las seis de la mañana que pague por cuarteles, hoteles, equipamiento, capacitación y condiciones laborales dignas.