Daño en la zona sur, peor que el del Hilda
Factores como más viviendas en zonas bajas, erosión del cordón litoral, acumulamiento de basura, entre otros, eleva la vulnerabilidad, dice especialista
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Apoco más de seis décadas del impacto del ciclón Hilda en Tampico, especialista considera que de presentarse un huracán de esa magnitud, los riesgos para la población son mayores debido al cambio climático, la erosión del cordón litoral, las construcciones en zonas bajas y porque el acumulamiento de basura generada por un mayor número de habitantes, sumado a los desechos enterrados en los exbotaderos municipales que no han sido saneados, provocarían inundaciones más grandes y una muy grave contaminación.
Roque Montiel, miembro del organismo no gubernamental Ciudadanos Conscientes en Acción por México, dijo que “es urgente tomar las medidas necesarias a la menor brevedad posible, porque el cambio climático avanza con más rapidez”.
Señaló que partiendo de su ubicación geográfica, la zona sur de Tamaulipas es de las más expuestas, cuenta ya con una población de aproximadamente 800 mil personas y se requiere tomar acciones para proteger a los habitantes de Tampico, Altamira y Madero en forma urgente.
Demandó que se acelere el rescate del cordón litoral, para evitar que una posible llegada de un huracán, produzca un desastre en la zona sur del estado, donde, agregó, existen diversos factores que conjugados al paso del tiempo dejan a la población más vulnerable. “Los riesgos son mayores porque podría haber una inundación peor para la población, se tiene que rehabilitar con prontitud el cordón litoral y ganarle a la naturaleza. Aunado a ello no permitir construcciones en zonas bajas, y buscar soluciones al problema de la basura, vemos la facilidad con que se taponean canales y drenes, además de que hay muchos desechos enterrados en los exbasureros municipales que no han sido saneados, todo eso hace un coctel muy peligroso para la región”.
El experto reiteró que Tampico no está preparado para el embate de un huracán, y menos para uno tan destructivo como lo fue el Hilda. “Hay un gran desorden ambiental y población en zonas bajas, estamos indefensos, ninguna autoridad se ha preocupado por reducir los riesgos frente a un desastre natural así. Si en el 55 no había tanta población y mucha gente murió, imagínese ahora”.
Por su parte, el cronista de la ciudad Marco Flores, sostuvo que “si volviéramos a tener un fenómeno como el huracán del 55 sería terrible. Ahora tenemos un problema mayor: la basura que tenemos enterrada en mantos freáticos y la que generamos, lo que aceleraría una inundación y la podría volver de mayores dimensiones”.
Es importante, dice, la planeación y la prevención, pues la naturaleza nos puede volver a destruir.
Desde su punto de vista, una opción para no invadir zonas bajas puede ser recorrer la caseta del puente Tampico y aprovechar las áreas altas del norte de Veracruz para fines habitacionales, en vez de irse a Altamira a ocupar zonas irregulares. Otra solución, añade, podría ser la construcción de presas.
El historiador señala que desde tiempos prehispánicos, la ciudad fue construida en la parte alta, pero al paso del tiempo la costumbre de hacerlo en zonas bajas, a pesar de ser inundables, es algo que la naturaleza nunca perdona. “Tampico había sido muy golpeado, primero por la expropiación petrolera y después porque durante la Segunda Guerra Mundial se cerró el puerto. Habíamos dejado de tener carnavales, había habido una depresión y llega el ciclón”.
Destaca que lo positivo del fenómeno es que finalmente destrabó la economía de la ciudad, Tampico pudo levantarse y mantenerse de pie, porque hubo cambios y transformaciones, pues las crisis son también para crecer.
Vemos la facilidad con la que se taponean canales y drenes; es mucho riesgo”. Roque Montiel CIUDADANOS CONSCIENTES EN ACCIÓN