La transición que cruje

Nuestra transición es demasiado larga. Demasiado. Es un absurdo.

Y lo que pasará desde el final de este sexenio no mejorará suficiente las cosas.

Y la que estamos viviendo, con un gobierno electo con prisa y un gobierno saliente que se fue hace rato, solo hace las cosas peor.

Primero, lo que ha sucedido con quien un compañero de páginas llama el ex presidente en funciones.

Con excepción del trabajo de renegociación del Tratado de Libre Comercio el resto parece ya haber empacado sus cosas y atender desde su casa, y a ratos. Tomaron mal la derrota y se tiraron a la hamaca.

Basta ver lo que está sucediendo en seguridad, frente a la crisis que se agrava cada día, la nada. Pero igual en muchas otras cosas. Hay una parte preocupante de lo que hemos visto desde julio: si no gano seis años más, no me importa… el país. Ahí que se arreglen.

Y luego está el gobierno próximo con prisa. Muchos frentes, muchos levantando la mano para que los vea el líder, muchas propuestas sin ninguna herramienta real para que esto suceda porque no son gobierno, aunque parezcan.

Foros y foros y foros. Que si Loretta dice una cosa, que si Durazo otra, luego Olga Sánchez Cordero y luego López Obrador. Que si comisión de la verdad, que si fiscalía para la paz, que si los municipales son los policías más importantes, que no, que por eso guardia nacional y adiós al Ejército tal y como lo conocíamos, que si no hay presupuesto para seguridad porque primero los pobres, que si… mejor ya no hay foros.

Yo pienso que, si alguien en campaña promete cancelar la reforma educativa y ganas, pues luego habría que cancelarla, o hacer foros para hacer como que se cancela y luego nomás se va a ajustar en algunas partes y todo acaba como acabó en Acapulco el fin de semana. O mejor ya digan que no quieren cancelarla, que en la campaña se equivocaron.

Y luego el aeropuerto. Si por años López Obrador tuvo muy claro el proyecto de los dos aeropuertos, porque los aviones no chocan sino se repelen, diría el ingeniero Riobóo; ahora estamos metidos en este lío de una consulta, información contradictoria, ayer nos dijeron que hay que habilitar Toluca, Morelos y Puebla… y Andrés Manuel insinuando, como sabíamos hace tiempo, que lo va a concesionar a Slim. ¿Para qué todo ese desgaste?

Y luego leo las nueve prioridades del Senado anunciadas por Martí Batres y menos entiendo.

En fin, primero acabemos con estas transiciones eternas.