López Obrador y los periodistas
Políticos y periodistas se necesitan unos a otros. Es inconcebible la existencia de una esfera pública que no sea mediada, es decir, que no pase por los medios de comunicación masiva pero, al mismo tiempo, sin la política los medios estarían cojos, la discusión de la vida pública es materia central de nuestro trabajo.
El Presidente de México es un político hábil, con gran olfato y un excelente conocimiento de los medios de comunicación, pero su relación con reporteros y medios siempre ha sido áspera.
Entrevistado por Azucena Uresti en MILENIO Televisión, López Obrador narró un episodio: "Un periódico, que no voy a decir su nombre por respeto… cuando yo era jefe de Gobierno hicieron una campaña para que no construyéramos el segundo piso en Ciudad de México. Campaña abierta, que no hiciéramos nada. Para que quedáramos mal. Esa es mi interpretación".
Ese periódico, cuyo nombre no menciona López Obrador, era el diario Reforma, y quien dirigió aquella cobertura fue quien escribe estas líneas, en ese entonces editor de Ciudad. Hicimos decenas de notas críticas sobre el proyecto del segundo piso, sí, pero también consignamos lo que AMLO y sus funcionarios accedían a comunicar, que no siempre era mucho. Porque cuando pedimos ver los contratos, por ejemplo, los negaron alegando que se trataba de un fideicomiso privado. Solo tras la polémica por el ocultamiento accedieron a publicarlos íntegros en internet.
Nunca tuve una instrucción de nadie —ni la hubiera aceptado— para abrir espacios a voces críticas al proyecto, fueran urbanistas o los Bicitekas. La única guía fue el convencimiento de que había mejores opciones para resolver los problemas de movilidad de la ciudad: invertir en transporte público, por ejemplo.
El tiempo demostró que la apuesta por el automóvil privado solo lleva a un callejón sin salida. Decenas de ciudades en el mundo van en sentido contrario, tirando sus segundos pisos e invirtiendo en transporte público.
Enrique Peñalosa, alcalde de Bogotá, ha dicho que "los segundos pisos son como ríos venenosos en las ciudades". Por algo decenas de ciudades los han quitado o enterrado y cada vez es más claro que debe apostarse por una movilidad sustentable.
López Obrador no hizo una mala gestión en la capital del país, el desafuero le impidió terminar, pero no enterró su carrera política.
He votado por él en cuatro ocasiones: en 2000, 2006, 2012 y 2018, y me alegra el cambio de régimen porque quizá nos permita ir hacia una sociedad más justa y menos corrupta; sin embargo, nunca dejaré de criticar decisiones suyas que no comparto, como su apuesta por combustibles fósiles cuando el mundo va al revés.
Mientras tanto, es tiempo de celebrar, a pesar del pesimismo que algunos transpiran, el ánimo festivo domina a las mayorías, hay confianza en el futuro y buenas cosas se avizoran en el horizonte. Que no nos equivoquemos.
“Inconcebible, que la política no pase por la revisión de los medios, pero sin ella los medios estarían cojos”