Árbol de Navidad. Formas y luces que iluminan el mundo
En tiempos antiguos, este símbolo pasó de los cultos paganos al cristianismo; hoy su popularidad se ha vuelto casi universal
El Árbol de Navidad es una tradición que ha sobrevivido y evolucionado sobre las creencias, siendo en su origen una costumbre pagana que durante la evangelización cristiana se convirtió en parte de las fiestas del nacimiento de Jesucristo.
Existen varias versiones sobre su origen , pero algunas de las más reconocidas, según un artículo de
National Geographic, señala una costumbre de los babilonios, quienes cortaban un árbol para adornarlo y dejar regalos debajo de éste. Por su parte, durante el solsticio de invierno, los celtas decoraban los robles con frutas y velas para reanimarlo y asegurar el regreso de la vegetación y el Sol. Los romanos tenían un rito similar: en las puertas de sus hogares colgaban laureles y encendían luminarias en los festivales de invierno.
En sus variaciones la costumbre continuó, pero fue en el siglo VIII que el cristianismo la adopto ante la imposibilidad de erradicarla: en la región alemana de Hesse había un roble consagrado al dios Thor, al que se le ofrecía un sacrificio, pero un misionero conocido como Bonificio lo taló y luego leyó un evangelio, ofreció el abeto como un árbol de paz porque su copa“señal a al cielo” y porque“representa la vida eterna ya que sus hojas son siempre verdes”. También se dice que el teólogo Matín Lutero puso velas sobre las ramas de un árbol de Navidad porque centellaban como estrellas.
Luego éste símbolo pasó a exhibirse en plazas públicas, lo cual pudo comenzar en Riga, Letonia, en 1510, cuando unos comerciantes pusieron un abeto, lo decoraron con flores artificiales, bailaron a su alrededor y luego lo quemaron, por lo que hoy se ilumina con abundante s luces eléctricas y cada año se siguen
reuniendo miles de personas para ver el encendido.
Alrededor del mundo
En la Plaza de la Catedral, en Vilna, capital de Lituania, el 1 de diciembre iniciaron las celebraciones de la temporada navideña con el encendido de su decoración, y es que este lugar ha recibido mucha atención mundial a lo largo de los años por sus árboles de Navidad únicos e impresionantes. La creación de este año parece un reloj no decepcionó: no se cortó ni un solo tronco para construirlo, es una estructura de metal de 27 metros de altura y 50 de ancho que se compone de cinco kilómetros de iluminación.
Otro que destaca en el viejo continente es el de la ciudad vieja de Praga, República Checa, la cual fue iluminada con un abeto de 23
Naturales, de metal, con botellas… este emblema se forma de maneras muy originales
metros en el tradicional mercado navideño el 2 de diciembre, donde tradicionalmente se vende vino, pasteles, decoraciones y regalos, entre otros artículos, y que abre desde el primer fin de semana de Adviento. El enorme árbol llegó del pueblo de Rynoltice, cerca de Liberec, al norte del país.
También Milán, Italia, hizo el encendido del que llaman Abies
excelsa o abeto colocado en la Plaza Duomo. Éste fue transportado desde el de valle Trentin, al norte del país, y está e iluminado por un total de 35 mil luces led.
Alemania también destaca por la originalidad de su arboles navideño, pero uno de los más emblemáticos es uno formado por mil 99 botellas de vino Bocksbeutel, en Nordheim am Main. Éstas tienen cuerpo redondo y son típicas de la región vinícola de Frankonia.
En Asia uno de los que destacó es el de Beirut, Líbano, ubicado frente a la Plaza de los Mártires, el cual el domingo las celebraciones decembrinas en medio de un espectáculo de fuegos artificiales.
Por otro lado, en América el esplendor de las decoraciones se mostró en un enorme abeto de Noruega que iluminó la ciudad de Nueva York, en el Rock efe ller Cent er.Elár bol, de 75 años y 22 metros de altura, cuenta con 8 kilómetros de luces multicolores y una estrella decr is talSwarovski. Este es el primero en ser do nado por una pareja latina del mismo sexo.
Mientras en el sur del continente, el Árbol de Navidad flotante más grande del mundo volvió a iluminar la noche en Río de Janeiro, Brasil, sobre la laguna Rodrigo de Freitas, acompañado de un espectáculo pirotécnico que duró siete minutos y que reunió a miles de personas. El árboles, una estructura metálica de 70 metros de altura y compuesto por 900 mil focos led.