Guardia Nacional ya debe traer su recurso
Manutención. La titular de la Mesa de Seguridad, Bertha Salinas, expuso que la Federación debe costear su estancia
Los empresarios avalan el refuerzo de seguridad con la llegada de más militares a Tamaulipas, pero refieren que deben de venir con recursos económicos para su estancia en la zona desde la federación, ya que luego el Estado tiene que proporcionarles el dinero y se ven limitadas otras acciones de seguridad pública.
“También nos hace falta que se apruebe el presupuesto, obviamente, para el equipamiento, la manutención de esa Guardia Nacional que llegó a la zona sur”, declaró Bertha Salinas Ruiz, secretaria ejecutiva de la Mesa de Seguridad y Justicia en Tampico, Ciudad Madero y Altamira.
Con dicha medida, explicó la empresaria, ”lo que se quiere evitar es que ocurra lo que pasó el sexenio pasado en Tamaulipas con la llamada Policía Militar, porque se originaba un gasto muy importante que había que pagarle a la federación de viáticos, sueldos, la manutención y muchas cosas”.
Aseveró que “eso dejaba con muy poco presupuesto al Estado para la seguridad”, así que se dejaba de invertir en otros aspectos necesarios como más cámaras de seguridad y vigilancia, además del reclutamiento de los Policías Estatales y la adquisición de más patrullas.
Uno de los casos que demuestran las complicaciones que pueden tener las fuerzas de seguridad pública federal cuando llegan a la zona sin recursos le pasó a la Gendarmería Nacional, a quien actualmente Tamaulipas les paga el hospedaje y la estancia en los municipios del sur.
“Ahorita con la Gendarmería obviamente el Estado está haciendo la manutención, al menos, y todos estamos conscientes de que la Gendarmería nos refuerza a los elementos que tenemos de la Policía Estatal”, dijo Salinas Ruiz.
Respalda el sector comercio
La Canaco en Altamira coincidió con la postura de la Mesa de Seguridad.
“Tienen que llegar con sus propios fondos desde la federación, ya que eso generará que el Estado haga su labor”, remarcó el presidente de la Canaco en la urbe industrial, Antonio Hernández del Ángel.