Una reflexión ofensiva
De una verborrea de esquina, una exacerbación coloquial, un send irreflexivo, a una catarsis social. En eso se ha convertido la comunicación hoy en día.
La penetración del internet cambió totalmente al mundo, la profundidad y alcance de la información, la formas expresión, el flujo se revolucionó, la opinión pública adquirió una vulnerabilidad inexplicable que en el momento actual se percibe de maneras deformes. Las identidades, fobias y filias, ideologías, la idiotez, se mezclaron en una enorme trenza de códigos digitales a una velocidad que no fue fácil de percibir en el subconsciente de cada sociedad, un golpe brutal a los convencionalismos tanto liberales como conservador es, provocado por un lado, intolerancia, iras, y por otro, hipersensibilidades.
Ya no es solo de “diferencias”, lo que para alguno es ofensivo, para otro es divertido o una exageración, y lo que escribo no es algo de loúltimo.
La libertad de expresión, salvo en aquellos pedazos de geografía donde sus segmentos de humanidad condenan varios vehículos para ella y la limitan violentamente, al retomar su valor también se descapitalizóhasta cierto punto por el libertinaje de expresión.
Es cierto que, hasta cierto punto, el ser humano puede decir lo que deseé, siempre y cuando no afecte el derecho de otro, sin embargo, es en la percepción de lo último, donde también existe una gran disparidad, es decir ,¿ qué tan amplio es mi límite de derecho para no ser ofendido?
Este amigo, es cada vez más reducido, las intolerancias invaden derechos ajenos.
Hoy es día si alguien nos es vegano o carnívoro, puede ser ofensivo; si canta un estilo de música debe morirse; si tiene alguna afición popular denigra“mi especie ”.
El efecto de esas estupideces emocionales en las que no se entiende la diversidad como característica de un todo, que debe acoplarse y asimilarse, retuerce las posibilidades de cambios que no distorsionen el sentido común.
La disparidad individual se hace colectiva, convierte al racismo, la discriminación o la segmentación en algo natural, en un argumento para el aislamiento individual, victimario._ de clases, razas, grupos, hasta de países, y esa misma división se trastorna a estrategia de desarrollo.
Así, la libertad de expresión es un arma que convierte en ocasiones a la víctima en
“Hoy en día si alguien nos es vegano o carnívoro, puede ser ofensivo”