Supuesto y presupuesto
Supuesto: que, ganara quien ganara en 2018, la inversión pública federal en cultura no podía sino repuntar. Primero porque terminaría un sexenio negro en que la partida asignada a cultura en el PEF decreció de manera sostenida, al pasar de los casi 17 mil millones de pesos que alcanzara en 2011 a los poco menos de 13 mil que tuvo en 2018.
Y después porque, a lo largo de las campañas, todos los representantes de cultura de los candidatos coincidieron sin excepción en la necesidad de destinar un mayor gasto a un rubro estratégico para el desarrollo económico del país —verbigracia el 3.3 por ciento que consigna la Cuenta Satélite del Inegi como su aportación al PIB, cifra que se eleva a 7.4 por ciento al tomar en cuenta la Economía Sombra— pero también para su desarrollo social, al constituir un factor de construcción de ciudadanía. }
“Un presupuesto digno y suficiente” fue lo que prometió desde entonces para el sector la hoy secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, confiada en que la única mención a presupuestos que había hecho López Obrador en su discurso de arranque de campaña había aludido a cultura.
Presupuesto (en este caso el Proyecto de Decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2019): poco menos de 12 mil 400 millones para cultura, cifra que representa el por- centaje más bajo del PEF en tres sexenios (0.21), refrenda la visión peñista de este rubro como uno no prioritario y persevera en el decremento sostenido iniciado hace seis años, lo que es preocupante en un gobierno que se asume de izquierda y debería, por tanto, aparecer comprometido con el financiamiento público a la cultura.
En los últimos días hemos asistido a una intensa movilización en defensa del gasto público en cultura: así en medios de comunicación como en redes sociales, así por parte de muy variados integrantes de la comunidad cultural como de una Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados cuyos integrantes —empezando por su presidente— han sabido cerrar filas tanto al interior co mo hacia afuera.
Ojalá sirva para revertir la propuesta del Ejecutivo. Un aumento, por nimio que fuera, en vez de una reducción sería una buena señal.
La partida de AMLO a Cultura, la más baja en tres sexenios