Legitimidad a duelo: 2012 vs 2018
Aprovechando la contrarreforma educativa enviada a la Cámara de Diputados el jueves pasado, le propongo organizar una especie de duelo de legitimidad entre las reformas del Pacto por México en una esquina, y el palpitante escenario de reformas en sentido contrario en la otra.
Supongamos que el grado de legitimidad es igual a la suma de los porcentajes obtenidos en las elecciones presidenciales de 2012 y 2018, por los partidos con representación en la Cámara de Diputados, declarada recinto oficial del duelo.
Iniciemos con la Reforma Constitucional de Educación, que el PAN, PRI, PVEM, Nueva Alianza y la mitad de la bancada del PRD aprobaron el 19 de diciembre de 2012. Suman 38 millones de votos de aquellaelección presidencial, para una legitimidad de 75.8%.
La Reforma Constitucional PolíticoElectoral, publicada en febrero de 2013, fue aprobada por los Grupos Parlamentarios del PAN, PRI, PVEM, Nueva Alianza y la mitad de la bancada del PRD. Obtiene un grado de legitimidad de 75.8%.
Mientras que la Reforma Constitucional de Telecomunicaciones, aprobada el 25 de abril de 2013 por las bancadas de Nueva Alianza, PVEM, PAN, PRI, la mitad de la bancada del PT y dos tercios de los diputados del PRD,tiene un 77% de legitimidad, derivado de 38.6 millones de votos. Con los votos del PAN, PRI, PVEM y Nueva Alianza, la Reforma Constitucional de Energía se aprobó el 11 de diciembre de 2013, para una legitimidad de 66% que le dan 33 millones de votos.
Viene la Reforma Constitucional de Transparencia, aprobada el 26 de noviembre de 2013 por el PAN, PRI, PRD, PVEM y Nueva Alianza. Sumó 42.7 millones de votos para una legitimidad de 85.3%.
La Reforma Constitucional Anticorrupción fue aprobada por el PAN, PRI, PVEM, Nueva Alianza, la mitad de MC y dos tercios del PRD, el 26 de febrero de 2015, para una legitimidad de 79.7%. Igual a 39.9 millones de votos.
Si Morena y sus aliados tienen una legitimidad de 53.2%, con los 30.1 millones de votos de 2018, ¿acaso las reformas del Pacto por México merecen una mejor suerte, que sepultarlas sin honores y a porrazos?
Porque este duelo de legitimidad lo gana sobradamente el 2012.
¿Acaso las reformas del Pacto por México merecen mejor suerte?