¿Qué pasó con la televisión abierta?
los comentarios, un equipo sólido integrado por gente que el público conoce y quiere como Ileana Rodríguezyporexpertosqueademás dedominarlamateria,leponensabor a la transmisión como Daniela Giacomo. Gran trabajo el de TNT. Como siempre.
Miss desgracia
Mala. La transmisión que Azteca Uno hizo de Miss Universo la tarde del domingo fue mala. ¿Por qué? Porque muchas personas esperábamos demasiado después del reality show Mexicana universal y porque Lupita Jones cometió el error de oponerse a la gran nota mundial de este evento que fue el tema trans. Pero, además, porque Kristal Silva, la conductora principal de esa transmisión, todavía no es una presentadora estrella, porque Brandon Peniche no aportó nadayporque,alparecer,anadiese le ocurrió un plan B en caso de que la representante de México no ganara. Se pudieron haber hecho millones de cosas para darle la vuelta a esto. Cero capacidad de respuesta.Alfinal,apesardequeseinvirtió muchoinclusoenlaproducciónde programas especiales, aquello no trascendió. Fue triste.
Que no les mientan. Y no se dejen engañar ni por sus propios gustos ni por lo que en muchas ocasiones es noticia, pero es importante recalcar que, en tiempos donde hablamos tanto del streaming, de las plataformas alternativas de entretenimiento y de lo horrible que era la era del monopolio (algunos le dicen duopolio) la verdad, es que los números no mienten y fines de semana como el que acabamos de tener, menos. Confieso que si vi algo de La voz es por mi profundo cariño y admiración a Carlos Rivera, y me queda cada día más claro que es algo que comparto con millones. El hecho de que su chica haya ganado el concurso, admito, sí me causó una alegría que al menos me hizo sentirme no tan ajena a lo que tanta gente estaba comentando. Aún hay cosas de calidadenloscanalesdesiemprey,sinduda,estofueuna muestra clara de ello.
Por otro lado, por más que yo tenga mis temas con Miss Universo (y vaya que los he tenido), no puedo negar que la clara intención y trabajo de Tv Azteca por volver a hacer de esto un evento en el que toda la familia se sentaba a ver y comentar, ha sido más que evidente. No puedo negar que el asunto sigue siendo un éxito arrollador y amo ver a Steve Harvey recuperarse primero, y ahora reír y hasta rezar para no volver a nombrar a la ganadora equivocada. Lo siento, es una delicia ver como lo que pudo ser el fin de su carrera, ahora es un chiste recurrente que hace él, no que se hace a sus costillas. Pero lo más relevante en este año es que aunque para muchos fue nota destacable, muchos otros pudimos al fin ver la integración de la primera mujer transexual al esquema de siempre. No es el esquema que yo como mujer cisgenero (voy aprendiendo) quisiera fomentar para empoderarme,perosiesoimplicaigualdad,bravopor ella. Por todas. Y si pasó o no de la primera ronda, no creo que importe. Ángela ganó. En televisión abierta. Vista por millones. Y claro, el futbol. No hay manera de no enterarte. Aunque no te acerques a un solo aparato, la calle lo grita en fines de semana como esto. Por más que quieras estar aislada de todo ello, te enteras. Y te das cuenta de que te estas perdiendo, para bien o para mal, de una experiencia comunal. Pero aún masiva, aún con los mismos esquemas (aunque más tecnología)yaúnconlamismapasiónparatantosdeayer.
Esmuyfácilengañarnos.Claroquelosmedioslaestán pasando mal porque hay que reinventar mil cosas y cambiar aún más formatos para adaptarse. Y ya ni hablemos de dinero. Pero créanme, muchísimos millones más vieron este año La rosa de Guadalupe que House of Cards. Y claramente más personas siguieron de cerca cada cosa que pasó en Venga la alegría que en la serie Extraño enemigo, por ejemplo. He vistolosratings (esosqueluegodicenquenoexisten)yhe hablado con gente de todos los puntos de la industria. Sí, el 2018 fue violento en sus cambios. Pero si hablamos de contenidos, la gente en su gran mayoría quiere lo mismo. Sin juicio, solo es un hecho. La diferencia es que muchos han ido adaptando poco a poco a la nueva normalidad y a las formas de consumir lo de siempre, con un poco de actualidad de aderezo.
Confieso que si vi algo de La voz es por mi profundo cariño a Carlos Rivera