Roberta Garza
“El actual gobierno federal opera a bote pronto y desinformado”
El enredo de las estancias infantiles es un ejemplo más del modo como opera la presente administración federal: a bote pronto y desinformada. Los señalamientos posibles y necesarios son legión, comenzando por la presunción falsa, atávica y decimonónica de que todas las abuelitas son como la Sarita García del homónimo chocolate, prestas a enseñarles a los nietecitos el ropero con la espada de su abuelito el coronel.
Luego está el reforzamiento de los estereotipos de género que asumen que solo las mujeres son aptas para la crianza y el cuidado de los hijos, suponiendo que los abuelitos, por ser hombres, tienen cosas mejores que hacer. Y, en el dominio de la política pública pura y dura, vale preguntarse por qué, ante las “irregularidades en el padrón” detectadas en algunos casos, en vez de implementar protocolos que aseguren la buena marcha de todas las estancias, se cierra el programa entero como si fuera ducto de huachicolero, dejando a las madres mexicanas que trabajan, en particular a las más pobres, en el hoyo.
Si somos malpensados podríamos también hablar del interés en desalentar los esfuerzos de la sociedad civil organizada, esa que tanto desprecia AMLO, para que su lugar lo ocupe ese papá gobierno que desde una u otra sigla política dispensa los dineros en efectivo y al portador directamente a la mano de los ciudadanos votantes, como hizo Morena con las contribuciones a los damnificados del sismo y como hacía el viejo PRI con todo lo demás.
La notable excepción es el caso de los Centros de Desarrollo Infantil o Cendi, fundados y manejados por Guadalupe Rodríguez de Anaya, esposa de Alberto Anaya, ambos incondicionales de AMLO en el PT. A Rodríguez le fue girada una orden de aprehensión en 2017 por el desvío de 100 millones de pesos para 17 centros del gobierno de Nuevo León, acusación que fue retirada en septiembre de 2018, permitiéndole asumir como diputada local. En los últimos ocho años los Cendi han recibido 4 mil y pico millones de pesos en fondos federales, y este 2019 no solo serán gratuitos en Ciudad de México, sino que se federalizarán, incluyéndolos en el presupuesto nacional para que ya no dependan de los congresos o gobiernos locales. Por otro lado, el programa de las estancias, en general exitoso, nació de una iniciativa de la presidencia de Felipe Calderón para apoyar a las madres trabajadoras; las estancias recibían 700 pesos mensuales —hoy 900 pesos– por niño desde un año hasta un día antes de los cuatro años de edad, y el subsidio ayudaba a atender a más de 300 mil niños repartidos en 9 mil 200 estancias que, de un plumazo, han dejado de recibir apoyos y se verán forzadas a cerrar gracias al gobierno de la izquierda del cambio. Similares reducciones sufrirán otros programas asistenciales como los comedores comunitarios de EPN y los programas de atención a jornaleros y el 3x1 para migrantes de Vicente Fox, además de los ya conocidos y abundantes recortes a la cultura y a la ciencia y tecnología.
Ora sí que, como dice el clásico, que los ayude su abuelita.
El programa de las estancias nació de una iniciativa de la presidencia de Felipe Calderón