La comprensión lectora y el desarrollo
Cuando hablan de educación pienso de tajo en todos los métodos que se aplican en la ferviente búsqueda de niños y adolescentes que generan los resultados pobres y dramáticos de comprensión y conocimientos en comparación con el mundo.
Amigos, es palpable y punible que la educación básica en México en la mayoría de los casos está rebasada; de ejercicio, hablen con un maestro de primer grado de cualquier nivel, y siempre les dirán que tuvieron que regresar a conocimientos básicos por el retraso en muchos estudiantes.
Un círculo vicioso que no culmina ni en algunos posgrados.
Otro ejemplo aniquilador: el buen escribir es para muchos un arte más allá de un código de comunicación, pero desde cualquier perspectiva no se puede soslayar que las reglas de la RAE cada vez son más complejas, y cambiantes entre tantas letras inútiles, y es evidente que demasiados jóvenes llegan al mundo activo sin poder comprender a veces lo mínimo… vaya, incluso muchos maestros y profesionistas las desconocen.
Por otro lado, también se entiende que la educación es un método de adoctrinamiento por parte de los sistemas de gobierno, que muy va impidiendo a estandartes y planas y planas, que el raciocinio, el sentido común, la reflexión o la crítica por parte de niños y adolescentes se alimenten; esto, salvo sus excepciones, los vuelven metódicos, pero sobre todo incapaces en muchas funciones.
Pregúntate, ¿qué es lo que pasa si un niño contradice aunque tenga el más mínimo argumento a su maestro?
Junto al aprendizaje de la historia, de las ciencias sociales, de las ciencias de la naturaleza o de todo lo que implica el mágico mundo de los números, la amplitud que da la comprensión lectora o la reflexión es potencial para el desarrollo. Mediante el fomento a la lectura recreativa, no obligatoria obviamente, evitará cerebros moldeados como el barro, limitados en el razonamiento, creando futuras generaciones más independientes, soñadoras, sensibles.
Quizá entonces no sea tan difícil entender el feminismo o el lenguaje inclusivo, pelear contra la demagogia, o creer la utopía de que todo ser humano debiera escribir un libro.
La amplitud que da la comprensión lectora potencia el desarrollo