La Máquina no carbura en el estadio Azteca
Jornada 7. Cruz Azul no logra despojarse de la irregularidad y cae frente a Santos para sumar su tercer juego sin ganar; en su casa apenas ha sumado 3 de 9 puntos
El Cruz Azul del Clausura 2019 dista mucho de aquel que dominó el semestre pasado. No es sólido, no tiene gol y en su casa, el estadio Azteca, ha dejado de pesar. Así, sencillamente, no se puede aspirar al protagonismo en esta competencia. Y es que de los nueve puntos que ha disputado en el Coloso de Santa Úrsula, el cuadro celeste apenas ha rescatado tres, cuando en el torneo anterior solo le concedió un empate al América en la fase regular y los demás juegos los saldó con triunfos.
Pero ahora son otros tiempos, uno muy complicado en el que a La Máquina de Caixinha se le están borrando todas las virtudes. De un torneo a otro ha pasado de una excelsa practicidad a una cuestionable medianía. En la que equipos con un poco de orden, como lo fue Santos, pueden sacarle la victoria (2-1) sin tanto apuro. Y para colmo su gente lo ha abandonado en el Azteca, registrando entradas paupérrimas; por ejemplo, la de ayer que fueron poco más de 12 mil personas. En fin, es la conjunción de todos los males.
Solo buenas sensaciones
Cruz Azul necesitaba mostrar una cara más convincente y agresiva, justo la carencia que ha tenido en el primer tercio del campeonato. Por eso Pedro Caixinha se animó a meter a Yoshimar Yotún en la media cancha y adelante a Milton Caraglio en lugar de Entrenador de Cruz Azul Martín Cauteruccio. Además, le volvió a dar continuidad a Orbelín Pineda, quien desde el juego de Copa ante León se ha mostrado más enchufado con el equipo.
Y precisamente Orbelín tuvo la primera de peligro para La Máquina, en un pase filtrado al que no alcanzó a llegar y que le ganó Jonathan Orozco. Pero se veía un Cruz Azul suelto, con más decisión y pronto esto se vio reflejado en el marcador, cuando el uruguayo Jonathan Rodríguez llegó hasta al área y puso un centro raso para que Milton Caraglio rompiera su sequía goleadora con el 1-0 al minuto 23’.
Sí, La Máquina ya ganaba ante un Santos que hasta ese momento había sido muy precavido, pero los de La Comarca con este gol se sacudieron el tedio y empezaron a generar sus aproximaciones. El cuadro de Caixinha trató de aprovechar los espacios, pero Roberto Alvarado estuvo muy errático al momento de repartir el juego. Cruz Azul no capitalizó su momento y pronto pagó caro por ello.
La dura realidad
A Santos le tomó poco tiempo reengancharse al juego. En el momento que se vio abajo en el marcador, Salvador Reyes adelantó sus líneas y empezó a ser peligroso. Y justo a la media hora de partido encontró la igualada.
En un tiro de esquina la zaga cruzazulina despejó la pelota, la cual el conjunto guerrero mantuvo en su poder, entonces vino otro
centro que Ulises Rivas conectó con la cabeza estrellando la pelota enelposte,peroelesféricolecayóa HugoMartínNervo,quiendisparó conlafortunadeencontrarundesvíodeJulioCésarDomínguezpara el 1-1.
Después del empate, Milton Caraglio tuvo la suya, pero fue pillado en fuera de lugar. Luego de esa acción La Máquina no volvió a tener una oportunidad clara. Se borró por completo. Y eso lo aprovechó Santos que empezó a acosar la portería celeste; el primer aviso fue un disparo de Javier Correa que obligó una notable atajada de Jesús Corona.
Para el complemento, Cruz Azul lo intentó, pero no pudo, es un equipo carente de argumentos ofensivos; en cambio, Santos probó y lo logró aprovechando un regalo celeste. Al 46', Pablo Aguilar se equivocó de manera grosera al rebanar un intento de despeje, el balón le quedó a Ayrton Preciado que fusiló a Corona. 1-2 a favor de la visita.
Y al 60' el conjunto de La Comarca tuvo otra llegada, ahora Correa, quien sin problemas se libró de Lichnovsky y sacó un disparo cruzado que tapó Corona en el fondo.
Caixinha quemó toda su artillería: Misael Domínguez, Martín Cauteruccio —abucheado por la gente— y Martín Zúñiga. Pero nada cambió. Cruz Azul ya no es el mismo de hace un semestre.
Hoy La Máquina transita en la medianía que está más cerca de la mediocridad que del protagonismo. Su gente tal vez lo sabe y ha decidido dejarlo solo en el inmenso Azteca.
“Sí, es el momento más complicado, pero al mismo tiempo representa el que más me reta; no soy una persona de desistir”
“Estoy al frente de una gran institución y esto es de cómo terminas, no de cómo empiezas” Pedro Caixinha