Quiero otro México
En tiempos de cambio y, quizá, de turbulencia, tenemos que pensar en proteger nuestro futuro. Ello requiere necesariamente de un ejercicio profundo de reflexión. Me preocupa que los gobiernos solamente fijen sus miras en resultados de corto o mediano plazo, y que no se ocupen de sembrar valores y cultura, para cosechar paz y progreso. Una nueva Constitución no nos hará un mejor pueblo. La llegada de un gobierno de izquierda al poder, por sí sola, no acaba con la desigualdad ni la injusticia. Tampoco un nuevo aeropuerto hace a un país más hospitalario para recibir turistas. Regalar dinero no acaba con la pobreza. Tener un sistema anticorrupción no frena las mordidas a los agentes de Tránsito, a los de seguridad pública y a los de procuración de justicia. Escribir mensajes de odio en las redes sociales no cambia nada, genera división, y en ocasiones muestra complejos. Generar más empleos y abrir más espacios educativos ha mostrado, en los últimos años, que no necesariamente impacta en la seguridad. No estoy tan seguro, que tener un trabajo con salario mínimo y una jornada laboral de más de ocho horas, sean razones suficientes para no salir a las calles a delinquir. Son los valores, es la cultura lo que nos hace diferentes. El desarrollo del país puede estar ligado a generar buenas instituciones, pero las buenas instituciones requieren de buenas personas. El factor humano es, a mi juicio, el más importante. Esto no es un tema que se atienda únicamente aumentando las materias de civismo, requiere de eso y mucho más. Quiero un México diferente. Quiero ver un líder que llame a la unidad del país y a sacar la actitud positiva de las personas. Vivimos en un país donde sobran casos de éxito. Dejemos al lado la envidia, valoremos a esas personas y difundamos sus historias de éxito, para que más niños quieran ser como ellos y no delincuentes. Quiero un México diferente, donde no esperemos que pase un milagro para tener éxito, donde su gente crea de verdad en la productividad y no en el asistencialismo. Donde entendamos que sin disciplina y esfuerzo las cosas no suceden, hay que hacer que sucedan. Donde no pedir popote no sea la única acción que hagamos por el planeta. Donde se entienda que la capacidad no está relacionada con el género ni con la edad.
Un México con personas con ganas de hacer las cosas bien