Pedro Elizalde
“Muy intensos los morenos por una candidatura”
Morena en Tamaulipas sigue dando de qué hablar. En sus asambleas distritales para un filtro más rumbo a la selección de sus candidatos locales, el común denominador fue el desacuerdo, brotes de violencia, en fin, todo un escándalo.
En las asambleas morenistas realizadas en la zona sur, la constante fue la inconformidad, pero subida de tono, con gritos y sombrerazos de quienes acusaban de no dejarlos participar.
La inconformidad llegó a los jaloneos y empellones, al grado de que hasta la presencia de la fuerza pública se dio, más rápido que cuando la comisión de un delito en sectores con foco rojo por su inseguridad en la zona.
La jornada de precampaña en Morena terminó con inconformidad, obvio, y con la postura de llevar el desacuerdo a las oficinas centrales del partido en la CdMx, por la conclusión de las reuniones.
Las diferencias en Morena de Tamaulipas no son solo a ras de suelo, también en la cúpula hace aire, a decir de lo que pasó el fin de semana por acá.
Mientras Alejandro Rojas el viernes comía mariscos y el sábado continuaba con su diatriba en la zona conurbada; en Ciudad Victoria, Marco Cruz Martínez, era presentado delegado electoral en Tamaulipas por Morena.
¿Por qué uno allá y otro acá? Dicen que representan a grupos opuestos dentro de la dirigencia de Morena.
Uno representa los intereses del senador David Monreal, el otro los de la presidenta Yeidckol Polevnsky.
A bote pronto, lo ocurrido ayer en las asambleas distritales hace ver a un partido de peleoneros, que no se pone de acuerdo entre ellos, menos lo harán con otras fuerzas políticas en caso de ganar espacios en el Congreso del Estado, esa es la primera impresión.
El discurso combativo, y hasta violento, de Alejandro Rojas, ha puesto en la mesa una supuesta injerencia de actores políticos externos en la vida interna de su partido en el estado.
Y si a esas vamos, entonces esa imagen peleonera de ayer tras las juntas distritales de Morena, resultado de sus formas fuera de lo acostumbrado de llevar sus procesos internos, haciéndolo ver como un partido que no se lo toma en serio, ¿de parte de quién? ¿A quién beneficia?
La constante fue la inconformidad, pero subida de tono