¿Café frío o café caliente?
En los últimos meses se formó una tormenta perfecta en el sector cafetalero: caída en el precio de los granos, sin presupuestos ni apoyos estatales confirmados y con un cambio en el gobierno que impone una nueva manera de relacionarse con los productores.
“Es la primera vez en la historia que el café no aparece en el Presupuesto del gobierno”, me comenta un productor de café veracruzano.
La mayoría de las asociaciones y cooperativas han pasado las últimas semanas haciendo lobby para conseguir al menos las coberturas financieras para aguantar las pérdidas ante la caída del precio internacional del café, cerca de 30 por ciento, causado por una producción récord en Brasil.
“Para compensar esta caída nosotros pedimos al gobierno mil 800 mdp, coberturas que siempre se tenían calculadas”, agrega.
En el caso de los apoyos que todos los años se entregaban vía Sagarpa o Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica),en2018recibieronmil250mdp:830 mdp para diversos programas y otros 420 mdp para coberturas y sanidades.
“Estamos negociando la cobertura y poco más de mil 200 mdp para ayuda en fertilizantes y plantas”, agrega el cafetalero, “es un aporte social que beneficiaría sobre todo a los productores indígenas, que representan casi 40%”.
No queda mucho tiempo: las reglas de operación ya se definieron y la fecha límite era el 28 de febrero para conocer desde qué otras dependencias o programas con presupuesto se logra “quitar” dinero para reencausarlo a los cafetaleros.
Así como no se sabe el cuánto, tampoco se sabe el cómo.
Las coberturas (como su nombre lo indica) siempre cubren a cada producto –café, maíz o frijol— antes de la cosecha. La transición, el cambio de gobierno y de personal, dejaron en stand by este proceso casi automático. Ya con 70 por ciento de la cosecha de café mexicano vendida, los cafetaleros no saben aún como se aplicará esta ayuda emergente. Una de las posibilidades es que sea sobre la facturación final de su ciclo octubre-septiembre.
El otro cambio es la entrega de los apoyos. Como ya lo ha anunciado el presidente López Obrador, las ayudas serán para los beneficiarios de manera directa, sin ninguna intermediación que pueda ser caldo de cultivo para actos de corrupción. El tema es que no se sabe exactamente cuántos productores de café hay. Existe un número cerrado que se menciona en todos los congresos y asociaciones que es la de 500 mil cafetaleros. “Hay muchos que ya no se dedican al café o que incluso han muerto, aunque sigan apareciendo formalmente en los listados de las organizaciones”, agrega mi fuente desde Veracruz.
La cifra podría haber salido del Censo Nacional Agropecuario que tenía calendarizado el Inegi, pero que quedó fuera de las prioridades de la actual administración.