Roma cambiará el negocio del cine
Aunque no se llevó el Oscar a la mejor película, Roma se convertirá en un parteaguas en el negocio del cine que afectará desde las salas de exhibición hasta los estudios de Hollywood.
El estupendo relato de Alfonso Cuarón sobre su infancia en la famosa colonia de la Ciudad de México visto desde los ojos de su nana fue producido por Netflix. Esto causó una gran controversia ya que no solo rompió con la manera en la que tradicionalmente se financiaba una película de este calibre, sino que también fue puesta a disposición de los suscriptores del servicio de streaming de manera inmediata.
Sí, se presentó en algunas salas tradicionales de exhibición. Pero esto fue solo para cumplir con los requisitos que impone la Academy of Motion Picture Arts and Sciences — responsable de los premios Oscar— para ser candidato a una de las famosas estatuillas. Lo revolucionario de Roma es que se exhibió en el cine al mismo tiempo que en Netflix.
Muchas cadenas de cine incluso se negaron a proyectarla. Aquí en México, Cinépolis no la exhibió y Cinemex lo hizo tiempo después de que se estrenara en Netflix. La razón es que la manera en que Netflix lanzó Roma atenta contra su modelo de negocios.
Tradicionalmente, los estudios cinematográficos producen las películas que se exhiben en las salas. Después de un periodo de tiempo de exclusividad -por lo general tres meses-, distribuyen sus películas en plataformas como: Apple Tv, televisión de paga y servicios de streaming. Durante el periodo —o ventana— de exclusividad, el público no tiene opción para ver la película más que ir a la sala de cine y pagar su boleto.
Netflix no solo produjo Roma, marginando a los estudios, sino que la puso de inmediato en su plataforma para que sus 140 millones de suscriptores la vieran. El gran éxito de este experimento y la credibilidad que le da los tres Oscar que ganó Roma el domingo convierten al gigante de streaming en un temido competidor tanto para los estudios de Hollywood como para las cadenas cinematográficas.
Consciente de la oportunidad, Netflix ya está produciendo varias películas de calidad, algunas con presupuestos que superan 200 millones de dólares. Como podemos imaginar, ni los estudios ni las cadenas de exhibición están contentos.
De hecho, la animadversión de la vieja guardia del negocio del cine pudo haber influido en la derrota de Roma como mejor película. Figuras de la talla de Steven Spielberg se pronunciaron abiertamente en contra de considerar la película de Cuarón como candidato al Oscar bajo el argumento de que no es una película que fue hecha específicamente para la pantalla grande.
Losmodelosdenegociosvancambiandoylas empresas tienen que evolucionar para sobrevivir.Lassalasdecine,porejemplo,podríantomar una página del modelo de Netflix para prosperar. Pero este es tema para otra columna.