La tv y el Oscar
Tengo muchos años escribiendo de las coberturas del Oscar y siempre pasa lo mismo. La gente dice que no le gustan, que si los comentaristas, que si el vestuario, que si la traducción. Hablarmaldeestaceremoniaescomo hablar de Yalitza, pero al revés. Decir cosas horribles se ve bien. Elogiarla se ve mal. Le voy a decir la verdad: este año tuvimos unas coberturas magníficas en todas partes. ¿Cuál es la nota?
El efecto Mundial de futbol. Se crearon tantas expectativas sobre Roma,quemuchaspersonasestán repitiendo lo que siempre hacen cada vez que la selección nacional va a eventos como Rusia 2018. Por un lado, están los que se regodean afirmando que este país es un fracaso, porque no nos llevamos las 10 estatuillas. Por el otro, los que insisten en que todo fue precioso, en que por el simple hecho de haberido,ganamos.Yenmedioestán losqueletratandeexplicaralasaudiencias, con admirable madurez, que Alfonso Cuarón hizo historia por haber obtenido los premios que obtuvo. Todos saben más que todos y todos tienen la razón. El Oscar es solo un pretexto para impulsar la parte menos favorecida, en términos comerciales, de la industria cinematográfica más poderosa del mundo. El dato de que haya tantas personas hablando de cine es maravilloso, es la prueba de que el Oscar funciona. Pero va a ser todavía más maravilloso si esas multitudes van al cine a ver esas películas, todas, y si países nominados, como México, le ofrecen más facilidades a sus artistas para crear más filmes como Roma. Yo no veo que los opinólogos de internet estén abarrotando las salas donde se proyectan las cintas que fueron nominadas al Oscar de este año más allá del fenómeno de la película de Cuarón en Netflix. Yo no veo que nuestras nuevas autoridades se estén preocupando por apoyar al cine mexicano.
¿Cuál va a ser nuestra representante el próximo año? ¿Quién va a ser nuestra Yalitza en 2020? ¿Sí entiende la importancia de lo que leestoydiciendo?Hayquepasarde la diversión de debatir en las redes a la acción de ver, hacer y estimular al cine nacional.
Sería tristísimo que en el próximo Oscar no figuráramos para nada.