Enrique Acevedo
“Lo que molestó a Maduro fue verse acorralado por la realidad”
El jueves pasado viajé a la ciudad deCúc uta, Colombia, como parte del equipo que Noticias Univision desplegó para reportar sobre la situación en la frontera con Venezuela y el operativo humanitario anunciado por Juan Guaidó. Nuestra asignación era informar sobre las acciones programadas para el 23 de febrero mientras el grupo de periodistas encabezado por Jorge Ramos trabajaba la historia del otro lado. Como seguramente ya lo saben, ese equipo terminó siendo retenido de forma arbitraria por espacio dedos horas en la sede del gobierno venezolano, luego de que Nicolás Maduro se molestar a con las preguntas que Jorge le hizo durante su entrevista.
Según Jorge, el punto de quiebre se dio cuando decidió mostrarle a Maduro las imágenes de gente comiendo los desperdicios de un camión recolector de basura en las calles de Caracas. En ese momento el gobernante venezolano interrumpió la conversación, se paró y le dijo a Jorge que mejor se fuera a comer basura con Coca-Cola. El resto es historia y al menos hasta la publicación de esta columna,los equipos técnicos y el material de la entrevista siguen en poder del régimen.
Lo que le molestó a Maduro fue verse acorralado por la realidad y atestiguar el fracaso de su proyecto político en las imágenes documentadas en el celular de Ramos. Desde hace varios años, docenas de periodistas hemos reportado la dimensión humanitaria de la crisis política en Venezuela, pero nadie había enfrentado al responsable con estos hechos.
Todo esto lo vi en la frontera. Calles repletas de niños y jóvenes venezolanos desplazados por la emergencia en su país tratando de ganarse la vida como limpia vidrios o cantando en los semáforos. Hospitales desbordados ante la demanda de servicios médicos para cientos de miles d emigrantes que llegan enfermos y desnutridos,incluidas mujeres embarazadas y bebés. Profesionales dispuestos a ganar una pequeña parte de lo que recibían en Venezuela por su trabajocon tal de huir de la represión y la violencia que amenaza la integridad de sus familias.
Cuando le pregunté aGuaidó si tenía miedo de regresara Venezuela, el presidente encargado me dijo que lo que le daba miedo era que su hija de 21 meses se enfermara y que tuviera que llevarla a un hospital donde no hay medicinas. Eso, confesó, me da pánico, el mismo con el que hoy vive la mayoría de los venezolanos y con el que Maduro se enfrentó por primera vez en el celular de Jorge.
A Maduro le molestó verse acorralado por la realidad