Esos 30 millones de votos
Mucha tinta hemos derramado en la prensa en estos apenas tres meses de gobierno para analizar, criticar y hasta coincidir con las acciones que lleva a cabo la nueva administración.
Dado que la agenda mediática impone la conferencia matutina de Andrés Manuel López Obrador, lo normal es que los columnistas nos ocupemos de lo ahí anunciado; más porque al ser éste el inicio de su sexenio, las promesas son enormes: López Obrador está sentando los ejes de su presidencia.
De lo dicho y propuesto por él hay mucho criticable, y así se ha hecho. La construcción de un aeropuerto sin estudios, la construcción de un tren sin análisis de impacto ambiental, la construcción de una refinería que no traerá beneficios, y un sinfín más.
No obstante, el enfoque ha dejado de lado, en muchos casos, un componente fundamental: esos 30 millones de votos que llevaron a López Obrador al poder, así como ese índice de aprobación que oscila entre 65 y 86 por ciento según las encuestadoras.
Porque, a pesar de los efectos negativos que pueda tener en corto, mediano y largo plazo la política de AMLO –en particular respecto a Pemex, y el crecimiento económico–, un gran sector de la población está dispuesto, al menos, a darle el beneficio de la duda. Otro no solo eso: aprueba y celebra los cambios que avista.
No se trata de sostener un argumento tan falaz como que si la mayoría lo piensa debe tener razón. Pero sí es necesario discutir al respecto. ¿Por qué tiene aprobación tan alta López Obrador? ¿Hasta qué punto está dispuesta esa mayoría a mantener su apoyo? Una hipótesis por pregunta: 1. Porque a diferencia de sexenios anteriores, al menos hay la ilusión de movimiento. El Presidente está presente en todo instante, siempre con algo que decir o anunciar. La imagen se contrapone a la de parálisis del sexenio pasado. Y 2. López Obrador se presenta como una ruptura con el “viejo régimen”. Ese encuadre le da un gran colchón en los números. Bien dice el adagio: Roma no se construyó en un día.
Ha transcurrido tan solo un trimestre de gobierno. Es demasiado pronto para aventurar qué sucederá con la aprobación presidencial el resto del sexenio. Pero al menos vale la pena intentar entender por qué está tan alta hoy.
De lo dicho y propuesto por López Obrador hay mucho criticable