Mucha lucha y poco futbol
Jornada 10. El clásico regiomontano se saldó con un empate entre Monterrey y Tigres; ambos quedaron lejos de las expectativas generadas por su lugar en la tabla
La expectativa por un clásico regio en todo lo alto de la tabla de posiciones fue más que la realidad, tras 90 minutos de mucha entrega, pero que quedó a deber en cuanto a futbol, Monterrey y Tigres empataron 1-1.
Un soberbio gol de Rogelio Funes Mori le dio la ventaja a Rayados, pero Diego Alonso no fue por más, decidió tirarse atrás a cuidar la ventaja, le cedió la pelota a los felinos que poco a poco fueron más peligrosos y con un gol de Luis Quiñones, que se comió Barovero, vinieron de atrás para lograr la igualada.
Rayados llegó con un mejor equipo a este duelo, solo con la ausencia de Stefan Medina (lesionado) y Rodolfo Pizarro (suspendido), mientras que Tigres no contaba con dos de sus mejores hombres de ataque, André-Pierre Gignac y Javier Aquino, además de Jürgen Damm, pero con el regreso, tras cinco meses lesionado, de Lucas Zelarayán como opción de cambio.
Los primeros minutos fueron de un ligero dominio de los locales, que generaron dos tiros de esquina y un tiro de media de distancia de Carlos Rodríguez, pero fue Tigres el que tocó la puerta del gol al 12’ cuando Luis Quiñones llegó a línea de fondo por derecha y mandó un servicio al área donde Eduardo Vargas voló su remate estando solo ante Marcelo Barovero.
Pero Rayados se fue al frente con un golazo de Rogelio Funes Mori de taquito, casi una calca del que anotó André-Pierre Gignac ante el Necaxa hace unas jornadas. El Mellizo aprovechó un centro de Vangioni, recibió de espaldas y cuando parecía no tener oportunidad sacó el recurso del taquito y anotando el 1-0 al 34’ que hizo estallar el júbilo en el Gigante de Acero.
Monterrey era dueño del juego, dominaba a placer a Tigres, jugando profundo por ambas bandas, siendo muy peligroso con Jesús Gallardo, con Funes Mori ganando todo por arriba; los felinos no reaccionaban y en la banca solo contaban con Lucas Zelarayán para un cambio ofensivo.
Para el complemento, Ferret-
“Estoy orgulloso de mis jugadores, siempre dan el cien por ciento dentro de la cancha, siempre queremos ganar todo lo que está adelante”
Diego Alonso Entrenador del Monterrey
“¿Qué si estamos contentos con el empate? No, queríamos dedicarle el triunfo al público y estuvimos cerca de hacerlo”
ti mandó a Hugo Ayala a la cancha por Francisco Meza, que estaba amonestado, pero lo que necesitaba primordialmente era ser más ofensivo y buscar el empate.
La escuadra auriazul tenía la pelota, aunque sin generar peligro, en tanto que Monterrey esperaba agazapado para cazarlo en el contragolpe. Aquí es donde empezaban a pesar las ausencias de Gignac y Aquino para los visitantes, y aunque al 62’ Vargas dio un aviso, no supo definir.
“¡Oh, oh, oh, Monterrey, Monterrey, Monterrey!” era el cántico que inundaba el estadio con la mayoría albiazul, mientras los Incomparables no se quedaban callados, más cuando al 69’ Luis Quiñones estuvo cerca del gol, pero Barovero evitó el empate con una gran atajada.
Ante el asedio de Tigres, Diego Alonso mandó a Johan Vázquez por Dorlan Pabón para apuntalar la defensa y jugar con tres centrales. Tanto fue el tigre al frente, que al 80’ Luis Quiñones se “comió” a Barovero y con un zurdazo, que el argentino pensó que era centro, lo metió a su primer palo para el 1-1 que era justo por el dominio felino; incluso, en los minutos finales, la visita estuvo más cerca de la victoria, pero no tuvo la serenidad para meter el segundo tanto.