Milenio Tamaulipas

Vive Latino. Santana, en los 20 años del festival

En una conversaci­ón con el legendario guitarrist­a, el héroe de Autlán de Navarro comparte sus memorias de Woodstock, su aversión hacia el catolicism­o, así como su filosofía de cómo sobrevivir en este mundo donde el miedo impera

- ESPECIAL

El hijo pródigo de Autlán dice a MILENIO que “patria” y “religión” son conceptos que le generan desconfian­za; el director del foro, Jordi Puig, asegura que el rock mexicano vive su mejor momento.

Entrevista

El sol caía a plomo en la granja de Max Yasgur, en Woodstock, aquella tarde veraniega de 1969. Carlos Santana se desnudó el torso, se enfundó en un chaleco tan oscuro como su melena y se recetó una dosis de mezcalina para estar en la onda. “Cuando llegamos, alrededor de las once de la mañana, nos dijeron que tocaríamos alrededor de las ocho de la noche. […] Así que dije: ‘tomaré algunos psicodélic­os, así cuando sea el momento de tocar, se me estará pasando el efecto y estaré bien.’ Pero cuando estaba en el clímax, alrededor de las dos de la tarde, alguien me dijo, ‘si no te subes ahora mismo al escenario, ya no podrás tocar'”, declaró el héroe guitarrist­a de Autlán de Navarro para Rolling Stone en 1989.

Hace 50 años, Santana y su guitarra Gibson SG hicieron historia en el Festival de música y arte de Woodstock. “Nosotros no éramos conocidos”, recapitula el músico de 71 años en una charla telefónica. “No teníamos ningún álbum editado, nuestro primer disco [Santana] saldría al mes siguiente”. Sin embargo, Santana se midió aquel día –el segundo de tres jornadas maratónica­s– con bandas de semejante calibre como Canned Heat, Grateful Dead, Creedence Clearwater Revival, Janis Joplin, The Who y los Jefferson Airplane. “Siempre he tenido ángeles que se presentan en un lugar y un tiempo perfecto para abrirme puertas. El señor que me ayudó para estar en ese con-

cierto fue Bill Graham, él sabía hacer conciertos muy grandes. Bill le dijo a Michael Lang –uno de los organizado­res de Woodstock– ‘te ayudo, pero tienes que poner a Santana’. Así, Graham y Clive Davies –productor y fundador de Arista Records– fueron personas que me transforma­ron de ser una artista en la calle que vende sus cosas a alguien que se exhibe en un museo y de pronto estaba a la vista del mundo”.

¿Qué podría decirles a los críticos que consideran que has olvidado sus orígenes?

A veces mi madre me regañaba y me decía: “Hijo, me gusta lo que dices, pero a veces, en la forma en cómo lo dices, puedes ofender a la gente. Cuando tú dices que naciste y amaneces para complacer a Dios y no a pendejos, eso no le gusta mucho la gente”. Entonces, yo amanezco primero para servir a Dios que a la gente. Mucha gente funciona con la frecuencia de celos y envidia, y yo no amanezco para complacerl­os, si no me amargo; yo amanezco para servir y seguir la voz de mi luz.

Ha sido testigo de movimiento­s culturales, políticos y sociales en Estados Unidos, ¿de qué manera ha impactado en su música?

Decíamos los hippies, porque yo soy un hippie, “o eres parte de la solución o eres parte del problema”. Ser parte de la solución significa arremangar­te las mangas y servir a la gente con luz en tus ojos y una sonrisa sincera en tu rostro. Desde niño, nunca acepté el concepto de patria, banderas y religión, porque una religión que manda al infierno a otra persona porque no piensa como ellos para mí son pendejadas. Desde pequeño, pienso que el único pasaporte que existe es el corazón. Carlos Santana siempre invita a la gente del mismo modo que lo hizo Bob Marley o John Lennon, es decir, ver a este mundo con otros ojos, con otra mente para lograr lo imposible.

Como Latino, ¿cree que el arte tenga la resistenci­a suficiente para mantener a los pueblos unidos siendo que lo político lo tiene dividido? La medicina y la solución para este problema en México y Estados Unidos, y en todas las naciones, es vivir con integridad. Cuando el gobierno de México y los católicos, y los gobiernos de todas las naciones amanezcan viviendo con integridad, no tendremos este problema. Existe el amor al poder y el poder del amor, son dos cosas diferentes. Si pudiéramos tener la posibilida­d de ver a este mundo desde el espacio, descubrirí­amos que no hay fronteras ni banderas, tampoco muros ni paredes, solo somos un organismo único.

¿Cuál es la filosofía que ha tenido libre a Carlos Santana en este mundo basado en el miedo?

Todos somos un cuerpo total dentro de este planeta y este planeta es como un vientre en el que todos somos el bebé. Mucha gente hace su vida vendiendo el miedo, por ejemplo: Hollywood, el FBI, la CIA, el Pentágono, muchos gobiernos en México y en tantos otros países venden miedo y separación. Cuando se amanezcan y piensen con luz, no habrá tanta promesa y tanto sufrimient­o, porque somos una familia, porque somos un cuerpo físico solamente.

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ESPECIAL El guitarrist­a se presenta este domingo en la 20 edición del Vive Latino.

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