Los tiempos cambian... del cortejo a la frialdad
Por razones de salud estuve conversando con una médica especialista en dolor, sobre los cambios que se han presentado en la perspectiva de vida, desde nuestros abuelos, hasta llegar a las nuevas generaciones actuales de infantes.
Al estar comentando sobre la forma de ver la vida de nuestras madres, llegamos a la conclusión que a través de su ejemplo, aprendimos a ver la vida de forma distinta.
El sufrimiento como consecuencia de aguantar matrimonios en los que imperaba un machismo a todo lo que daba, generó en la siguiente generación de las hijas una visión de la vida distinta.
El cambio de perspectiva es notable, a mi generación nos tocó vivir la época de jugar a las canicas y los encantados en la calle; con el paso del tiempo nos adaptamos al uso del internet, el teléfono celular se hizo una necesidad y la era digital vino como consecuencia de los avances tecnológicos.
El cortejo era a través de cartas, una invitación al cine y a cenar, todo era parte de un proceso, uno definía los sentimientos al estar viviendo el momento, las sensaciones estaban a flor de piel y todo lo vivido era por amor, con amor y para el amor.
El interesarse genuinamente por la persona era primordial.
Todavía recuerdo una invitación al cine a ver Prettywoman en la ciudad de Monterrey en los años 90’s, el pretendiente en cuestión me regaló una rosa roja que venía integrada con un tubo de ensayo de plástico que en su interior tenía agua, un cassette de mi ópera favorita Carmina Burana de Carl Orff y la letra de la ópera impresa, todo envuelto de una manera perfeccionista y con un enorme moño rojo… Con todo eso… ¿Quién no se iba a enamorar?
La invitación a un baile era elemental y la emoción de la conversación, reventaba las hormonas al cien; la ida al baño en grupo con las amigas era fundamental, mientras la música calmada denotaba que ya era tarde…
Sin embargo, los tiempos han cambiado, tanto cambio y tan precipitado, nos estresó y muchos matrimonios no pudieron adaptarse, por consiguiente, los divorcios se hicieron parte de las conversaciones del acontecer diario.
No hubo culpables. Simplemente, muchas parejas no pudieron adaptarse a los cambios y la decisión de decir hasta aquí, determinó el fin de una relación de años…
A la par de contar con un teléfono celular, que con un mensaje de dos letras: si o no, se marca la pauta del inicio de una nueva relación; el cortejo, el proceso, el enamoramiento salen sobrando, la frialdad y la falta de interés, al ser los demás de los demás, nos empuja a la necesidad del contacto físico, todo con el fin de no sentirnos solos;saltándonos el conocer a la persona y a su vez, el aventarse a una relación o a varias relaciones, en que el final está indicado desde que se da el primer si…
Pero no todo está perdido… Afortunadamente ya en el segundo aire, con más conciencia, tomaremos mejores decisiones, recordando la adrenalina a todo lo que da al sentir a mil el corazón, al grado que se hace adictivo, cuando se espera encontrar de nuevo a la persona amada.
... las sensaciones estaban a flor de piel, todo lo vivido era por amor, con amor y para el amor.