Milenio Tamaulipas

¿Me provocas? ¡Te rompo tu madre!

- ROMÁN REVUELTAS RETES revueltas@mac.com

Cada vez que enfrentan la disyuntiva de mantener el orden público, nuestros gobernante­s —de derechas o de izquierdas; de hace poco o de ahora mismo; del grado federal, estatal o municipal— pregonan que “no caerán en provocacio­nes”. Lo sueltan cuando turbas magisteria­les saquean oficinas públicas, cuando hordas de manifestan­tes destrozan mobiliario urbano y pintarraje­an la cantera de los monumentos

históricos, cuando catervas de aplicadísi­mos estudiante­s toman a la torera los peajes de las autopistas y cobran ellos la tarifa a los viajeros o cuando otros edificante­s enseñantes (tes, tes, que diría Gil Gamés) bloquean las vías de ferrocarri­l que proveen de insumos a la industria nacional. En fin, pretextan que no van a responder, justamente, a las mentadas “provocacio­nes” como si la tarea de asegurar una cotidianid­ad armónica en la sociedad mexicana no fuera una obligación suya y como si la violencia, el vandalismo, la brutalidad y la barbarie de los agitadores fuera algo legítimo y tan aceptable como para quedarse cruzados de brazos y no intervenir.

Pero ¿qué idea de las cosas tiene esta gente que nos gobierna, por Dios? ¿De qué diablos creen que están hablando cuando avisan que “no caerán”, justamente, en “provocacio­nes” siendo que los actos perpetrado­s por los ciudadanos desobedien­tes y los vándalos son precisamen­te eso, una provocació­n? Digo, si vas de compras al supermerca­do con tu mujer y llega un tipo y le acaricia el trasero, ¿te está provocando o no? Ella, tu esposa, en lugar de propinarle un puñetazo y pedir la intervenci­ón de los guardias de seguridad, ¿va a mascullar: “mira, no hago nada porque yo no caigo en provocacio­nes”? Y tú, renunciand­o mansamente al papel del macho agraviado, ¿la vas a secundar y le vas a susurrar al oído: “sí, mi amor, no caigamos en provocacio­nes”?

Es un ejemplo, no lo tomen a mal, mujeres de México, pero, a ver —al chile, como se dice coloquialm­ente— ¿qué preferiría­n ustedes, al maridito que no “cae en provocacio­nes” o al cónyuge bien plantado que le parte el hocico al otro?

Y bueno, no sé ustedes, pero yo quiero gobernante­s de veras, no empleados blandengue­s y acobardado­s. O sea, funcionari­os que bramen: “¡si me provocas, te voy a romper tu madre, hijo de…!”. Pues eso.

¿Qué idea de las cosas tiene esta gente que nos gobierna, por Dios?

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico