La revolución de UberEats
Gracias a empresas de entrega a domicilio como UberEats y Rappi podemos disfrutar de la comida de nuestros restaurantes favoritos en nuestra casa u oficina. Ya Uber revolucionó la industria del transporte. Ahora le toca a UberEats y sus similares hacer lo propio con la restauran ter a. El mercado de entrega de comida a domicilio a través de apps está explotando. En Estados Unidos vale en la actualidad 8 mil millones de dólares y se espera que se triplique en los próximos cuatro años. En México solo hace falta
ver la cantidad de motos que zigzaguean en las calles con pedidos para apreciar su popularidad.
Inversionistas de todo el mundo se han percatado del potencial del negocio y están apostando fuerte en las empresas más prometedoras. Softbank anunció recientemente una inversión de mil millones de dólares en Rappi, quien a su vez se comprometió a invertir 350 millones de dólares en los próximos dos años en México. Por su parte, Uber, con las carretadas de dinero que obtuvo en su IPO, ha manifestado su intención de impulsar con todo su división de UberEats.
Con tantos jugadores bien financiados, los restaurantes valoran las opciones de vender a domicilio a través de estas plataformas como una importante fuente de ingresos futuros. Todo indica que así será. Se estima que las ventas a domicilio representarán 10% de las ventas totales de los restaurantes en EU para 2022. Es razonable pensar que la tendencia en México será similar.
Sin embargo, no todos los restaurantes serán beneficiados. En riesgo están, por ejemplo, cadenas que dependen actualmente de su propia entrega a domicilio, tales como Domino’s Pizza. Domino’s siempre ha utilizado su capacidad de entregar a domicilio como una ventaja competitiva. El problema es que ahora, con la proliferación de apps que ofrecen este servicio a cualquier restaurante que lo desee, sus clientes tienen más opciones de dónde escoger qué pedir.
Interesante también será observar cuántos restaurantes surgen como, o deciden convertirse en, negocios puramente de entrega a domicilio, sin comedor para el público. Los ahorros en renta y en inversión pueden ser sustantivos, y si la demanda a través de las apps es alta, el modelo puede ser más rentable.
Podemos anticipar fricciones entre las apps de entrega de comida a domicilio y los restaurantes a quienes les dan servicio. Ambos buscarán mejores términos en los precios de entrega. En un inicio esto no será problema, ya que las apps están subsidiando sus servicios para ganar mercado. Pero eventualmente dejarán de hacerlo.
Conforme adquieran poder las empresas de entrega de comida a domicilio, la pregunta fundamentalserá a quién le pertenecen los clientes. ¿Les importará más la app para decidir qué comer o será el restaurante quien prevalecerá?
Pase lo que pase, de lo que podemos estar seguros es de que, con la entrada de las empresas de entrega de comida a domicilio, la industria restaurantera jamás será la misma.