Otro golpe al ego
No hay consuelo en un equipo como el América por el hecho de perder una semifinal en serie de penales. La derrota de anoche en Houston ente los Tigres en un duelo que dio el pase a la final de la naciente competición llamada “Leagues Cup”, debe ser considerada como un fracaso.
El segundo, si somos rigurosos, en las dos últimas semanas. Hace unos días los dirigidos por Miguel Herrera perdieron una final, también de reciente creación, contra el Atlanta de la MLS. Un trofeo entre el campeón de la Liga BBVA y la competición estadunidense.
Tampoco, me imagino, deberá encontrar consuelo ningún integrante del plantel americanista por el hecho de que la gran mayoría de los expertos hayan concluido que jugaron mejor que sus rivales.
Sin demostrar tampoco una abrumadora superioridad, ni mucho menos, cierto es que las Águilas hicieron más por el triunfo que sus rivales. El 2-1 a su favor, anotado por Andrés Ibarguen llegó a falta de casi nada para que terminará, por ahí del minuto ochenta y pico… Con el ánimo a tope parecía que no tendrían problema alguno para mantener la ventaja. Pero, literalmente, en el último instante se registró un autogol tras una equivocada acometida a un balón por arriba por parte de Bruno Valdez.
En los penales, a los americanistas les hizo falta Agustín Marchesín (quien en el Campeón de Campeones fue el héroe en la serie de penales ante este mismo rival). Con Guillermo Ochoa en la banca, el titular fue Óscar Jiménez, que no estuvo ni siquiera cercano a detener alguno de los disparos de los jugadores de los Tigres.
El América gana con apuros en la Liga, dejando la sensación de que cada vez le alcanza menos los jugadores que tiene para sumar tres puntos. Y dos de los tres torneos que ha disputado los perdió.
Le queda solo la competición local, el reto más complejo. Se habla de que buscan un centro delantero y, en una de esas, otro mediocentro o defensor, si es que deciden recuperar a Diego Reyes.
En los penales, a los americanistas les hizo falta Marchesín