Qué poca seriedad
en el Metro a partir de las 5 de la mañana (portando su número). También habrá rutas de camión gratuitas con varios circuitos y se hizo una asociación con Waze para que los automovilistas sepan en dónde habrá cortes viales.
Me resulta tan sorprendente como inexplicable la decisión del entrenador del Galaxy de Los Ángeles, el argentino Guillermo Barros Schelotto, de no alinear la noche del martes, en la semifinal de la “Leagues Cup”, a sus mejores jugadores.
Si usted vio el partido que terminó ganando el Cruz Azul dos goles a uno, se habrá dado cuenta que no aparecieron ni en la banca el sueco Zlatan Ibrahimovic y el argentino Cristian Pavón, este el último gran refuerzo del equipo de la MLS, proveniente del Boca Juniors. Tampoco, por cierto, estuvo el mexicano Jonathan dos Santos.
¿Por qué? Los entendidos han dicho que la razón obedece a que Barros Schelotto decidió privilegiar el paso de su equipo en la competición local, en la que han batallado para situarse con opciones al título.
Pero si esta fue la razón me parece una argumentación desmedida e inapropiada. Los jugadores de hoy en día están preparados para competir a un mismo nivel con calendarios que les exigen enfrentamientos a media semana y los fines de semana.
Lo que creo que hay en el fondo de la decisión del Galaxy de Los Ángeles es el desprecio total a la “Leagues Cup”, el último invento para entrelazar las ligas profesionales de México y Estados Unidos-Canadá.
Con este alejamiento también se demuestra que los directivos de la MLS no han transmitido, desde su posición de autoridad, la importancia que tiene y que quieren que tenga esta naciente competición.
Lo que está en juego con la “Leagues Cup” no es una copa o una medalla más. Se trata del futuro del futbol a nivel de clubes de la región. Lo mínimo que la MLS le puede transmitir a sus componentes es que se tomen las cosas con seriedad.
Sí lo hicieron los equipos mexicanos. En el caso de los Tigres, en los dos partidos jugados, su estrella André-Pierre Gignac estuvo de arranque en la banca, pero terminó en la cancha esforzándose y aportando.
Ojalá en la edición del año que entra la MLS se tome en serio su futuro.
Lo que está en juego con la “Leagues Cup” no es una copa o una medalla más