El Chupas ¿chupó faros?
Léase este texto al ritmo de la “Cumbia sobre el río” del maestro Celso Piña, a quien un día conocí y cuyo acordeón rebelde, como a tanta gente, me hizo bailar el alma).
Me parece que la familia de El Chupas, el canalla que madreó de manera perniciosa y artera al buen amigo Juan Manuel Jiménez, reportero de ADN 40, dio una gran lección al entregar a las autoridades a este pequeño maleante, carne de cañón de siniestros grupos de choque ligados, dicen, al patibulario Alejandro Toledo, mejor conocido como el instrumento de un intento fallido por desprestigiar al movimiento más legítimo de los últimos años, el #NoMeCuidanMeViolan.
Es increíble que a pesar de que cada 10 minutos le encuentran a Chayito Robles una nueva propiedad de dudosa procedencia, las buenas conciencias casi, casi que nos querían hacer creer que las feministas que, genuina y comprensiblemente están encabronadas ante tanto abuso, tanto acoso, tanto feminicidio, eran más peligrosas que la ex de Sedatu que se comporta como Nosferatu.
Digo, ya nada más falta que se descubra que antes que Trump externara su intención y luego hiciera berrinche cual mirreysazo que es cuando se lo negaron, Robles Berlanga ya había tenido desde endenantes la peregrina idea de comprar Groenlandia a través de un esquema empresarial fantasmagórico con estafa maestra incluida. No me sorprendería.
Pero de regreso a El Chupas, lo más alucinante y aleccionador no fue tanto la manera en que se exhibió frente a las cámaras para cometer su perrada, sino la manera en que fue apañado. La familia, que suele solapar y esconder, no se sabe si a través de una toma de conciencia o dela presión de las autoridades, o ambas, fue la que entregó a este oriundo de Culhuacán y huésped constante de diversos reclusorios.
El ejemplo podría cundir, que la fa mil iapri is ta, con ganas de recuperar algo delratingperd ido, revele los secretos de las triquiñuelas de La loca academia de Javidús y mi licenciado Peña & friends. Que los panistas, antes de que acaben de olvidar los, saquen abalcó na Jelipil lo y sus pillos. Que lo que queda de los perredistas delaten a Los Chuchos. O que los morenistas señalen a los oportunistas y politiqueros.
Todo en recuerdo de El Chupas.
Carne de cañón de siniestros grupos de choque ligados, dicen, al patibulario Alejandro Toledo