Sin medicinas
En otra página escribí que hace años los médicos me diagnosticaron un cáncer de vejiga. Además de la quimioterapia había un nuevo medicamento llamado BCG, una sobredosis de vacunas para la tuberculosis puesta masivamente en la vejiga. La descubrió un médico colombiano en los años ochenta. Si tenías suerte
y no había metástasis, las BCG podía tomar la vejiga e inhibir la creación de más tumores. Un tratamiento de seis semanas con su sufrimiento más o menos doloroso. Muy doloroso.
Sin esa medicina yo no estaría escribiendo este artículo, o lo estaría escribiendo desde una estrella Nova, ¿se escriben artículos en la estrella Nova? Busco en internet: esta medicina no se puede conseguir en México. Sé que en aquel entonces mis ahorros, mis amigos y mi seguro me habrían permitido ese tratamiento. ¿Cuántos hoy en día requieren ese medicina? Lo ignoro, pero muchos que anoche orinaron sangre (por cierto no todos los que orinan sangre tienen cáncer). La medicina no se distribuye en México. No la hay porque alguien no la compró, se le ocurrió que ahorrarse esa medicina le traería una felicitación del Presidente.
Pensé en todo esto al leer que al menos 300 niños con cáncer no han tenido acceso a las medicinas que urgen a su salud. Es de vida o muerte. No de sobreprecio o precio bajo. El Presidente dirá la misa mañanera, pero esto se llama crimen.
Conté en Perseguir a la noche la historia de mis tratamientos efectivos, dolorosos, con una gran medicina que me salvó la vida. En este momento yo sería un peregrino en busca de un medicamento y, como siempre, los pobres, seres desprotegidos que el Presidente ha jurado proteger y al final no protege, no tendrían nada.
¿Nunca sabremos qué ocurrió en el sistema de salud durante los ocho meses de esta pequeña historia? No, Nadie, nada nunca.
¿Quién sabe algo de esta locura? Esperemos las noticias de Frenk, Narro, Chertorivski. Nadie salvo quien nombró a esos ineptos del gobierno actual. Con la pena.
Al menos 300 niños con cáncer no han tenido acceso a ellas