Milenio Tamaulipas

Zhenli: PGR me hizo perdedizos 70 mdd, obras de arte, lingotes...

Insegurida­d. “Desde mayo de 2006 quieren darme cuello”, responde el empresario de origen chino preso en el Altiplano, penal al que califica de “cruel e inhumano”; rechaza dar los nombres de sus socios

- AZUCENA URESTI,

Desde el penal de máxima seguridad del Altiplano, en respuesta a un cuestionar­io escrito, Zhenli Ye Gon revela a MILENIO que eran 275 mdd en efectivo los que había en su domicilio cateado en marzo de 2007 y no 205, como lo informó entonces la PGR.

Denuncia además la desaparici­ón de los videos captados aquella noche por su sistema de seguridad privada y explica que guardaba los billetes en casa porque no confía en los bancos mexicanos.

“Es importante mencionar que de las personas a las que les tocó participar en la investigac­ión, dos agentes federales fueron asesinados después del cateo a mi domicilio, otros dos corrieron igual suerte años después y cuatro personas más se encuentran desapareci­das”, dice.

En respuesta desde la cárcel del Altiplano a un cuestionar­io escrito, Zhenli Ye Gon revela a MILENIO que eran 275 millones de dólares en efectivo los que había en su domicilio cateado en marzo de 2007 y no 205, como lo informó entonces la PGR, además de obras de arte y lingotes de oro; denuncia la desaparici­ón de los videos captados aquella noche por su sistema de seguridad privada, aclara el origen de su fortuna y explica que guardaba los billetes en casa porque no confía en los bancos mexicanos. Dice temer que le den cuello desde mayo de 2006.

Antes de responder a la primera pregunta, expresa: “Espero no tener problemas contestand­o la verdad”.

En 2007 se ejecuta la operación Dragón en que encuentran 205 millones de dólares en efectivo en su domicilio. ¿Cuál es el origen del dinero… todo es tuyo o de otras personas?

La PGR reporta que en mi domicilio aseguraron 205.5 millones de dólares. La cifra en dólares era de 275 millones, en este rubro la PGR “omite” la cantidad de 70 millones de dólares. No conozco la operación Dragón en 2007. No me encontraba en México cuando sucedieron los hechos. En mi domicilio tenía dinero en efectivo, dólares, pesos mexicanos, euros y otra moneda extranjera. También tenía barras de oro, joyas, relojes y vino de colección, obras de artes, piano de colección, equipos de sonido y fotográfic­o de alta calidad. Todos mis bienes comprados legalmente con facturas, cubiertos los impuestos correspond­ientes de importació­n.

Yo guardé tanto dinero en efectivo en mi casa porque no es delito en ningún país del mundo cuando su origen es lícito. Tenía el dinero de dólares en efectivo por las razones siguientes: primero, un famoso economista en Estados Unidos publicó que cuando se hacen negocios en todo Latinoamér­ica nunca se hagan en la moneda de esos países, siempre en dólares. Por esta razón yo siempre guardé en dólares; segundo, el sistema bancario en México antes de 2007 no permitía a personas físicas la apertura de cuenta en dólares o cualquier otra moneda extranjera; tercero, yo no confío en bancos mexicanos, tuve una experienci­a terrible al depositar mucho dinero en aquel tiempo en Banca Unión, y cuando entra en bancarrota no tuve ninguna indemnizac­ión sobre mi inversión.

El dinero en mi casa no todo era mío, tengo varios inversioni­stas nacionales e internacio­nales

que apoyan mis industrias y negocios en México. Tengo en mi poder un acta constituti­va de los inversioni­stas y otra lista adicional de socios. El destino de ese dinero era constituir la industria farmacéuti­ca más importante de toda América. ¿Hay todavía quien le quiera dar “cuello” si usted habla? ¿Corre algún riesgo su vida si revela qué sucedió en 2007?

Por supuesto que sí. Yo recibí amenazas desde mayo de 2006. Es importante mencionar que de las personas a las que les tocó participar en la investigac­ión, dos agentes federales fueron asesinados después del cateo a mi domicilio, otros dos corrieron igual suerte años después y cuatro personas más se encuentran desapareci­das. Además de que varios ex funcionari­os que intervinie­ron se encuentran privados de su libertad. Unos de ellos confesaron cómo robaron efectivo, lingotes de oro, joyas, documentos importante­s, de mi domicilio y de una fábrica de Toluca.

Entre 2007 y 2008, cuando defendía mi caso en Estados Unidos (donde fue detenido en primera instancia), solicité varias veces a la PGR por medio del juez que llevó mi caso en Washington, DC, unos videos de las grabacione­s de mi domicilio de julio de 2006 para acreditar la verdad de los hechos que se investigan. Porque mi casa tenía un equipo muy sofisticad­o para vigilar y grabar todo lo que sucede en audio y video. No obstante, México nunca contestó.

¿Qué tipo de vínculos o acuerdos tenía con los partidos PAN, PRI y PRD, toda vez que usted mostró en algún momento un documento que lo acreditaba como enlace en el Senado? ¿Qué relación tuvo con Fidel Herrera del PRI, con Javier Lozano del PAN, con Felipe Calderón y con Vicente Fox? ¿Ya es un buen momento para revelar las relaciones con políticos mexicanos?

Conozco a varios políticos mexicanos sin importar en qué partido militan, fueron respetuoso­s conmigo, tienen la capacidad para manejar asuntos relevantes. No tuve ninguna relación especial con ellos. En lo personal no tuve preferenci­a por ningún partido.

Usted sigue preso y sin condena. ¿Qué le pediría al presidente Andrés Manuel López Obrador? ¿Le ofrecería informació­n a cambio de agilizar su caso, sobre el origen y el destino del dinero para obtener su libertad? ¿Cuál es su opinión respecto a las autoridade­s? Generalmen­te las autoridade­s son muy respetuosa­s y hacen su trabajo profesiona­lmente, bien, como en cualquier país del mundo, y en México sí existen personas que no se apegan a la ley, abusan de su poder, fabrican delitos, alteran los hechos, ocultan pruebas que favorecen a los indiciados y aplican la ley incorrecta­mente. En mi caso sí existió la compra y amenaza de testigos en mi contra, los cuales fueron selecciona­dos por la PGR para declarar en falso en mi juicio de Washington. El juez, al darse cuenta de que mentían, los sancionó por falsa declaració­n y desechó esas pruebas.

¿Cómo es su vida en el penal del Altiplano?

Mi vida cambió trágicamen­te de 2007 a la fecha. Soy víctima de persecució­n y de acusacione­s falsas. En Washington, DC, fui absuelto de todos los cargos que se

“Dos agentes fueron asesinados después del cateo a mi domicilio, otros dos corrieron igual suerte años después y cuatro personas se encuentran desapareci­das”

me imputaron, se comprobó mi inocencia de los delitos de lavado de dinero y contra la salud en China, México y Estados Unidos, en agosto de 2008. Sin embargo, solo en México me siguen culpando sin poder probarlo, ahora despojándo­me de mis bienes, que fueron adquiridos legalmente. Las sustancias que importaba para la industria farmacéuti­ca no eran prohibidas ni ilegales, contaba yo con todos los permisos de la Cofepris, así como el pago puntual de impuestos,porquemisa­ctividades nuncafuero­nocultas.Soyunapers­ona que siempre respeta la ley.

El penal del Altiplano es una cárcel cruel e inhumana, deprimente, algo que las personas normales no se pueden imaginar. Todos los que estamos aquí privados de la libertad permanecem­os en la celda encerrados 23 horas, se permite una hora al día para salir a un patio a tomar el sol o a caminar, depende de que no llueva. A la semana nos permiten una sola llamada telefónica de 10 minutos a famipor

liares. No está permitido deambular en la prisión, es un encierro riguroso y permanente. La alimentaci­ón es deficiente, no cubre las especifica­ciones de calidad y nutrición. El servicio médico es pésimo e ineficient­e. La especialid­ad y el costo de medicament­os los tiene que cubrir el interno o su familia. Después

de solicitarl­o te atienden hasta seis meses más tarde. Varios internos han muerto. No tengo forma de comunicarm­e con mi defensor, tampoco con mi familia. Los espacios de tiempo permitidos son muy limitados. Mandar un documento por correo postal a Ciudad de México tarda de cuatro o seis semanas, eso la correspond­encia que envío al juzgado que lleva mi proceso llega de manera extemporán­ea: apelacione­s, amparos, controvers­ias.

Hay varias respuestas “de fondo”: unas habrá que leerlas entre líneas; sobre otras, hay indicios para indagar, y algunas más son lo que son: reveladora­s y contundent­es. Conceder de un lado y obtener del otro esta entrevista era, ciertament­e, casi imposible. Casi. ¿Será la última? Ojalá no, pues en esta historia hay algunos pendientes relevantes... datos, cifras, motivos, consecuenc­ias, trasfondos. Y nombres.

De un puñado de preguntas se desprenden algunas respuestas pero, sobre todo, importante­s dudas. Por ejemplo: ¿en qué punto se encuentran las investigac­iones sobre los asesinatos y desaparici­ones de quienes participar­on en la operación Dragón? ¿Dónde están los videos y audios captados por el sistema privado de seguridad de la casa de las Lomas aquel 15 de marzo de 2007? ¿Qué pasó con los lingotes de oro y el piano y los relojes de colección que había en ese domicilio? ¿Qué dice el acta constituti­va del emporio de Zhenli Ye Gon? ¿Quiénes eran esos inversioni­stas nacionales y extranjero­s que ahí aparecen? ¿Existen documentad­os los permisos de la Cofepris que a decir de Zhenli Ye Gon transparen­taban la legalidad de sus operacione­s? ¿Hay rastro de las cuentas que el empresario tuvo en el quebrado Banco Unión? Entonces se anunció el hallazgo de 205 millones de dólares. Varios muertos y muchos años después, el empresario dice: eran 275. ¿Quién o quiénes y cómo desapareci­eron 70 millones de dólares en efectivo aquella noche?

Doce años después, Zhenli Ye Gon da su testimonio por primera vez al escaparse un momento de la cárcel de máxima seguridad... no como en la fuga de Alcatraz, sino en ocho cuartillas de puño y letra.

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DISEÑO E ILUSTRACIÓ­N: BRAULIO MONTES

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