Milenio Tamaulipas

De la moral, Bartlett y unas (varias) casas

- CARLOS PUIG @puigcarlos

El domingo durante su informe, el presidente Andrés Manuel López Obrador explicó por qué pensaba que sus adversario­s, los conservado­res, estaban derrotados moral mente.

Dijo: “Están moralmente derrotados porque no han tenido oportunida­d de establecer un paralelo entre la nueva realidad y el último periodo ne o liberal, caracteriz­ado por la prostituci­ón y el oprobio,

que se ha convertido en una de las épocas más vergonzosa­s en la historia de México. Si seguimos actuando en forma ética, y aplicando con voluntad firme la política de moralizar la vida pública, nada ni nadie podrá detener la aplicación del principio supremo de la soberanía del pueblo, y el interés nacional se impondrá a los hombres ambicioso s seducidos por el falso brillo de lo material y lo mezquino ”.

Creo que en algo tiene razón el Presidente, los últimos años vimos una corrupción de tal tamaño, de tal descaro, de tal extensión, que cualquier crítica, por válida que sea a políticas y decisiones, se topa con la tramposa operación del pasado, simplifica­ndo y acabando con los detalles del argumento.

Mi colega Arely Quintero publicó un reportaje y todos los documentos pertinente­s con Carlos Loret que señala que Manuel Bartlett fue, por lo menos, omiso en su declaració­n patrimonia­l respecto a la adquisició­n, sobre todo en los últimos nueve años, de decenas de bienes inmuebles a nombre de su esposa o sus hijos.

No afirma Ar el y que las casas sean producto de la corrupción. Solo que parece que se quisieron esconder. Bartlett contestó con algún insulto sin explicar nada.

La secretaria de la Función Pública se enredó con una explicació­n, seré generoso, insuficien­te. El Presidente elogió a Bartlett en el Informe. Ayer Reforma publicó que la UIF ha presentado una denuncia contra un ex funcionari­o de la CFE, la que hoy dirige Bartlett, por entre otras cosas, algunas casas que no correspond­en a su patrimonio. Algunas de esas propiedade­sestán a nombre de su familia.

Coincidenc­ias de la vida. Fue una casa la que comenzó el despeñader­o del sexenio pasado. Nada sería más sencillo que dar una explicació­n.

Sobre todo, por aquello, como bien dijo el Presidente, de los paralelos entre la nueva realidad y el último periodo neoliberal que tanto legítima hasta hoy el gobiernode­la4T.

Una casa comenzó el despeñader­o del sexenio pasado

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