¡No te vayas, Porfirio!
El gran Porfirio Muñoz Ledo, de quien tengo su firma autógrafa en mi certificado de primaria, la ha vuelto a hacer. No conforme con traer a la morralla opositora mirando cómo la batea, cómo se menea, ha convertido una frase que podríamos definir como muy manoseada, “Que chinguen a su madre, qué manera de legislar”, algo que ha dicho cualquier compatriota ante el Canal del Congreso, en una frase
renovada y reluciente a la cual recurrir en caso de emergencia no por altisonante, sino por definir a profundidad la naturaleza de la diputeiboliza.
Aunquehaymuchacertezajurídicaenesecomentario,cabe la posibilidad de que se abuse de ella. Por ejemplo, gente malvada se la podría aplicar a personajes de la farándula como Juan Soler, al que podemosrecordarpor...(buenorealmenteno se le puede recordar por nada que valga la pena), y que en su calidad de argentino ha sido un gran defensor no solo del ultraderechoso de Mauricio Macri, sino también deladictaduramilitar.Ahítenemosuntuit suyo donde se ve el rostro del dictador Jorge Rafael Videla, en cuyos lentes se refleja unadelasmadresdelaPlazadeMayo,mientrasabajosepuede leer “Perdón, pueblo argentino, esta se me escapó”. Bueno, hay cierta lógica en que este muchacho prefiera ser más recordado por facho que por sus telenovelas.
También habrá gente sin moral que quisiera aplicarle el epíteto porfiriano con filípica incluida al hartista antes conocido como Callo de Hacha —hoy Chayo de Hacha— solo porque en su afán de convertirse en trending topic correteó a Daniel Moreno, director del prestigiado Animal Político, que ni siquiera se dignó a verlo mientras el torbo personaje intentaba aplicarle la neimariña, seguramente porque solo veía en él lo que mucha gente: un abismo de porquería e inferioridad. O lo confundió con El Chupas, el legendario madreador de reporteros del que parece ser su hermano gemelo diabólico.
No debemos descartar a quienes por su reconocido resentimiento social están a dos de recuperar la frase de Muñoz Ledo, pero no saben si arrojársela a quienes le birlaron su lana a Zhenli Ye Gon al ritmo de copelas o cuellos; o a quienes desde la PGR como en la FGR hicieron todo lo posible para que El Gil y sus muchachos involucrados en la desaparición de los 43 de Ayotzinapa estén saliendo de la cárcel.
¡No te vayas, Porfirio, sin ti San Lázaro será aburrido y sin gracia!
PD. No chinguen, murió Francisco Toledo.
Sin Muñoz Ledo el Palacio Legislativo de San Lázaro será aburrido y sin gracia