La CNTE resucita
Parecíamuerta,oporlomenosmal herida. Ojalá así hubiera sido. Para detrimento de millones de niños, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación está más viva que nunca.
Uno de los grandes logros de la reforma educativa de Peña Nieto, por la que tuvo que pagar un enorme costo político, fue marginar a la poderosa CNTE de la educación de nuestros hijos. Esta organización, una de las más belicosas del magisterio, se opuso fervientemente a medidas necesarias como la evaluación de maestros y el concurso de plazas de acuerdo con el mérito.
Aunque la reforma educativa era sin duda mejorable, sus elementos torales representaban un paso en la dirección correcta. No obstante, López Obrador, en lugar de ajustarla decidió tumbarla. No importó que ya el desgaste para obtener los principales logros lo haya tenido la administración anterior. Se dispuso a cancelar la “mal llamada reforma educativa” y el coordinador de su partido en la Cámara de Diputados se comprometió a que no quedara “ni una coma”.
Pese a la crítica pública contra la reforma educativa de Peña Nieto, existía la esperanza de que al momento de emitir las leyes secundarias de la “contrarreforma”, los cambios fueran más de forma que de fondo; que los elementos esenciales, como las evaluaciones docentes, permanecieran, aunque quizá bajo una denominación menos controvertida (ahora serían evaluaciones de diagnóstico).
Esta esperanza se ve cada vez menos realista. Uno de los principales problemas es que la embestida frontal contra la reforma de Peña Nieto y la promesa de una reforma contraria no solo resucitó a la CNTE, sino que la envalentonó. Ahora la coordinadora quiere meter su cuchara en las leyes secundarias para su beneficio, a expensas de los niños.
Algunas de sus peticiones son alarmantes. Obviamente exige la eliminación de las evaluaciones, pero también pide enseñar a los alumnos a “desobedecer y resistir a las imposiciones institucionales, culturales y consumistas”. Plantea romper con “el enfoque técnico e instrumental de la educación tradicional” para ofrecer “una formación integral, humanista y emancipadora desde la desobediencia, resistencia, lucha”. Esto sería, según la CNTE, una “verdadera educación”.
Estamos hablando de la organización que ha capturado vías férreas, bloqueado carreteras y dejado a cientos de miles de niños sin clases por sus constantes paros laborales. La misma que hace unos días tomó la Cámara de Diputados. ¿Ese es el tipo de desobediencia que quiere que se enseñe a nuestros hijos?
Los resultados de la prueba Planea 2019, para alumnos de tercero de secundaria, presentados la semana pasada, sirven de recordatorio de la necesidaddetransformarlaeducación:lamitad nodominalasmatemáticasyunterciocarecede conocimientosbásicosdelenguajeycomunicación. Con la CNTE de regreso, las perspectivas solo tienden a empeorar.