La “Guantanamera” entre dientes
Entre los covid-videos circula uno donde músicos cubanos dentro y fuera de la Isla tocan y cantan la “Guantanamera”. “Qué cosas”, pensé, al recordar cómo esa canción estuvo prohibida y apestada
por años en Cuba durante el gobierno de Fidel Castro. Era canción de “gusanos” (exiliados en Miami) y contrarrevolucionarios aunque su letra tenía estrofas con versos de José Martí.
Mi mente hizo corte a: en 1968 un jurado internacional le dio el premio “Julián del Casal” de poesía al libro Fuera del juego de Heberto Padilla. El libro no se publicó así nomás; la Unión de Escritores y Artistas de Cuba le infligió en la entrada una Declaración con joyas como: “(No renunciamos) al derecho ni al deber de velar por el mantenimiento de los principios que informan nuestra Revolución, uno de los cuales es sin duda la defensa de ésta, así de los enemigos declarados y abiertos, como —y son los más peligrosos— de aquellos otros que utilizan medios más arteros y sutiles para actuar”. Añadía que en sus ediciones la UNEAC había autorizado “la publicación de textos literarios cuya ideología, en la superficie o subyacente, andaba a veces muy lejos o se enfrentaba a los fines de nuestra revolución. Esta tolerancia (…) fue interpretada al parecer como un signo de debilidad, favorable a la intensificación de una lucha cuyo objetivo último no podía ser otro que el intento de socavar la indestructible firmeza ideológica de los revolucionarios”. Tiempo después arrestaron a Padilla.
Mi edición de Fuera del juego es de la editorial peruana ECOMA (1971). El poema que da título al libro empieza: “¡Al poeta, despídanlo! / Ese no tiene aquí nada que hacer. / No entra en el juego. / No se entusiasma. / No pone en claro su mensaje. / No repara siquiera en los milagros. / Se pasa el día entero cavilando. / Encuentra siempre algo que objetar.” Y no el menor de sus actos impuros, contrarrevolucionarios: “Canta, / entre dientes, / La Guantanamera”. No sé por qué pero en dos días no he dejado de hacer lo mismo.
“Esa canción estuvo prohibida y apestada por años en Cuba”