Los salarios, el problema
MLB. Las Grandes Ligas son, por ahora, el único circuito que no tiene un plan para volver, después de la pandemia
La semana pasada, Grandes Ligas parecía estar cerca de dar el siguiente paso para por fin comenzarsutemporada,peroluegodela propuesta que la oficina del comisionado les presentó a los peloteros, las esperanzas cayeron drásticamente, y ahora la incertidumbre domina en el ambiente.
La propuesta de regresar a jugar con salarios dramáticamente rebajados partiendo de montos prorrateados (o sea, un doble recorte) hizo que los peloteros rechazaran rtundamente.
Básicamente, quienes tienen el salario más bajo tendrían el menor recorte (27.5 por ciento) y quienes ganan más se verían afectados de manera notable,
con retenciones de hasta el 80 por ciento de sus salarios.
“Interesante estrategia para hacer ver potencialmente malos a los mejores y más comercializables peloteros”, escribió en Twitter el pitcher de los Cerveceros Brett Anderson.
“La temporada no luce prometedora”, escribió el metropolitano Marcus Stroman. “Hora de sumergirse en algunos proyectos de vida para después del beisbol”.
Mike Trout y Gerrit Cole, quienes tienen los salarios más altos para esta temporada, iban a recibir un salario base de 36 millones de dólares, de forma prorrateada se dijo que recibirían 19 mdd 65 mil 843 y ahora su salario base sería de 5,748,577.
Como respuesta, los peloteros hicieron una contraoferta ofreciendo jugar más de 100 partidos para generar más ganancias y que asínohayanecesidaddedescuentos,peroGrandesLigasnocontestó y todo quedó en el limbo.
Es cierto que ellos son los únicos con ese recorte, que 369 de los 899 peloteros de la liga tienen salarios de 600 mil dólares o menos y que todos éstos recibirían un mínimo de 262 mil, pero también hay que recordar que son las estrellas como Trout y Cole quienes hacen más atractivo el juego, y que si reciben esas cantidades es porque también producen grandes sumas.
La primera palabra de ambas partes ya se dijo y no generó ningún acuerdo, por ahora solo queda esperar a que haya otra cuando menos otra propuesta y cruzar los dedos para que ésta sea más esperanzadora.