El 23 de septiembre
El 23 de septiembre es una fecha que marca el inicio de los cortocircuitos en la historia nacional moderna. Como reportero, siempre me han llamado la atención de forma especial los instantes en los que el presente da un giro inesperado a causa del uso exacerbado del poder y la rebeldía que brota ante ello.
Por lo regular se trata de gestas en su momento incomprendidas, tergiversadas o catalogadas como marginales, pero algunas terminan inspirando y definiendo el futuro de muchas sociedades.
En 1965, un grupo guerrillero conformado por maestros, campesinos y estudiantes atacó un cuartel del Ejército en Chihuahua con la intención de alentar una revolución en contra del régimen del PRI, el cual ya veía agotarse la legitimidad de su modelo de gobierno, debido a la corrupción y el autoritarismo rampantes.
Aunque el ataque a Madera fue reprimido, inauguró un periodo de luchas armadas, sociales y políticas que fueron construyendo una nueva realidad mexicana hasta consumarse la alternancia en el año 2000.
23 de septiembre de 1965, 2 de octubre de 1968, 14 de junio de 1971, 6 de julio de 1988 y el 1 de enero de 1994, son efemérides establecidas con arrojo y sacrificio popular, por lo que su inclusión aún es borrosa en los calendarios oficiales llenos de paja histórica y héroes de cartón-piedra; sin embargo, es innegable la influencia que tuvieron en la creación de una cultura democrática y la crítica contemporánea.
Hace tiempo conversé esta vaina con el director Alfonso Cuarón. Comentaba con él que para mi generación (1980), el alzamiento del EZLN representaba el hecho disruptivo más significativo, mientras que para la de él (1961), sin duda alguna lo eran Tlatelolco y el Halconazo (visitado de forma magistral en su película Roma). Tras enfrascarnos en una discusión desmesurada sobre cuál de estos eventos había sido más trascendente, concertamos en que nuestra historia rebelde reciente es un cúmulo de acontecimientos profundamente interconectados y engrandecidos entre sí.
En ese sentido, el 23 de septiembre de 1965 es el instante en que la ruta del viejo statu quo comenzó a ser desafiada por un puñado de jóvenes olvidados, quienes marcaron así otro camino, el de la resistencia radical contra la tiranía.
El ataque a Madera inició un periodo de luchas sociales y políticas