Lo que Stairway to Heaven esconde
Durante cincuenta años, la edad que tiene la canción, el mundo entero ha intentado descifrar, sin éxito, el significado de los versos de Stairway to Heaven, la obra crucialdeLedZeppeliny,quizá,de lahistoriadelrock.¿Dispositivode mitología celta?, ¿alegoría drogota?, ¿metáfora de la mina de carbón?, ¿febril analogía de Tolkien?, ¿sustratodelavidamisma?
Medio siglo de cábalas, más o menos delirantes, fue aniquilado por Robert Plant, cantante y autor de la canción, en una reciente entrevista en la que confesó, sin ningún empacho, que no sabía lo que había querido decir con aquellos versos venerados por toda la especie humana y escuchados hasta la saciedad.
La cosa es que el escritor siempre dice algo, aunque no sepa lo que dice, y es gracias a la loca confesióndeRobertPlantquemeanimoahacerunaexégesis,respetuosayparcial,desucanción.Voyallá. Enalgúnmomento,hacialamitad delapieza,apareceelpiper,elflautista(oelgaitero)queconsumúsica embelesa, seduce e incluso embauca al personal: the piper’s calling you to join him. El flautista tellamaparaquevayasconélpero hay que resistirse, porque en un versoanteriorseadvierte:If we all call the tune, then the piper will
piper
lead us to reason. El flautista nos guiaráhacialarazónsi,ysólosi,todosentonamos,comoborregos,lo mismo.
Más adelante todos van siguiendo la música del piper (and as we wind on down the road), han sido abducidos a tal grado que sussombrassonmásimportantes que sus almas (ours hadows taller tan our soul). ¿Quién es el piper?, ¿un político?, ¿un predicador?, ¿una estrella de rock? Visto desde el siglo XXI, cincuenta años después, el piper es la Red, la pantalla que nos abduce y que, igual que en la famosa alegoría de Platón, nos presenta, en lugar de la realidad, un juego de sombras que desplazan el alma, y un eco que pretende serlavoz.HayenStairwaytoHeaven una advertencia para el navegante del siglo XXI, que su autor escribió como el piper que tocó la flauta: ¡Cuidado!, la pantalla es la entrada a la caverna.